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EL ARTE ROMÁNICO: EL TRIUNFO DE LA IGLESIA MILITANTE

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La construcción de la catedral de Speyer empezó en 1030 bajo el Emperador Conrad II. La catedral fue consagrada en 1061 y se convirtió en el lugar de los entierros reales durante 300 años. La división de la planta tuvo gran influencia sobre el desarrollo de la arquitectura románica en los siglos XI y XII y es considerada como la obra más importante de esa época en Alemania.


TEXTOS COMPLEMENTARIOS
“La diferencia más notoria entre la arquitectura románica y la de los siglos que la precedieron es el enorme incremento de la construcción de edificios. Un monje del siglo XI, Raoul Glaber, resumió el fenómeno al decir, en tono triunfal, que el mundo se estaba revistiendo de “un blanco manto de iglesias”. Estas iglesias no sólo eran más numerosas que las de la Alta Edad Media, sino que eran, además, en general, mayores, más ricamente articuladas y de aspecto “más romano”, ya que sus naves estaban cubiertas por bóvedas en vez de por tejados de madera, y sus exteriores, al contrario de los templos paleocristianos, bizantinos, carolingios y otonianos, exhibían al mismo tiempo ornamentaciones arquitectónicas y escultóricas.”Historia general del arte. La Edad Media. H.W. Janson.1986.

“La Edad de las Tinieblas no había borrado en modo alguno de su memoria el recuerdo de las primeras iglesias, las basílicas y las formas que utilizaron los romanos en sus construcciones. La planta generalmente era la misma: una nave central que llevaba a un ábside o a un coro y dos o cuatro naves laterales. (...) Algunos arquitectos preferían la idea de construir iglesias en forma de cruz y, así, agregaron lo que recibe el nombre de crucero entre el coro y la nave. La impresión general que producen estas iglesias románicas es, sin embargo, muy distinta de la de las antiguas basílicas. En las más primitivas se emplearon columnas clásicas que sostenían cornisas rectas. En las iglesias románicas generalmente hallamos arcos semicirculares que descansan sobre pilares robustos. La impresión de conjunto que estas iglesias producen, tanto desde dentro como desde fuera, es de compacta solidez. Hay en ellas escasa ornamentación, incluso pocas ventanas, pero sí firmes y continuas paredes y torres, que nos recuerdan las fortalezas medievales. Estos poderosos y casi retadores cúmulos de piedra levantados por la Iglesia,(...) parecen expresar la idea misma de la Iglesia militante, esto es, la idea de que aquí, sobre la Tierra, la misión de la Iglesia es la de combatir las fuerzas de las tinieblas hasta que la hora del triunfo suene en el día del Juicio Final.”Historia del Arte. E. H. Gombrich. 15ª edición. 1989.

LA ARQUITECTURA ROMÁNICA: PROPUESTA DE TRABAJO.

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Para ir consolidando las características generales de la arquitectura románica (y para que empecéis a incorporar un nuevo vocabulario artístico a vuestro particular repertorio), os propongo la realización del análisis y comentario de una de las siguientes obras arquitectónicas:



    Ambos templos son un buen ejemplo de la arquitectura románica peninsular, así como un fantástico camino para acercarnos al Románico, pues ambas construcciones forman parte del camino de Santiago; la primera, san Martín, como uno de sus hitos artísticos más interesantes y singulares; y la catedral de Santiago, como es natural, punto de llegada y culminación del mismo camino.
   Recordad que lo importante no es "fusilar" (copiar) cualquier análisis de los millares que habitan internet; si quieres que te sea de provecho, realiza tu propio análisis siguiendo las pautas establecidas para ello o, en su defecto, un análisis coherente con lo que es el conocimiento profundo de cualquiera de estas dos inmensas obras. Recuerda, por último, que si te muestro planta, interior, volumetría externa, etc., es para que no pases por alto ningún detalle constructivo.

PANORÁMICA DE LA ARQUITECTURA ROMÁNICA EUROPEA

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA ESCULTURA ROMÁNICA

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La PPT sobre la escultura románica:



LA ESCULTURA ROMÁNICA

1. Los precedentes históricos:

     LA ESCULTURA ROMÁNICA no surge por generación espontánea,; hay que buscar sus antecedentes en los ensayos prerrománicos de los pueblos bárbaros: joyas, marfiles, iluminación de códices, etc., en la estatuaria bizantina: la herencia grecolatina mediatizada por la espirtualidad cristiana (hieratismo, simbolismo y carácter sobrenatural) y en la escultura tardorromana y los sarcófagos paleocristianos, que aportaron rasgos formales e iconografía.

2. La subordinación al marco arquitectónico: el concepto de espacio-límite.· La portada y el capitel son el soporte específico de la escultura. Estos espacios constituyen el límite natural de la escultura monumental y el relieve; tales manifestaciones están obligadas a adaptarse al marco arquitectónico.

3. Características formales:
· Antinaturalismo: desconexión de lo representado con el mundo real. Carácter simbólico y alegórico. Se busca a expresión del contenido religioso.
· Las figuras se deforman intencionadamente buscando el impacto emocional.
· Simplicidad y estilización. Geometrismo y abstracción.
· Rehusa la representación del cuerpo humano desnudo, todas las figuras se cubren con vestiduras. No hay canon de proporcionalidad, ni equilibrio entre masa y peso.
· Las figuras son rígidas, hieráticas. Solemnes y alargadas, para acentuar su carácter espiritual. Técnicamente aparecen como primitivas, con un cierto aire arcaico.
· Ausencia general de movimiento.
· Las composiciones y escenas se yuxtaponen en un mismo plano, sin formar grupos.
· Falta volumen, las composiciones son planas y simétricas, con un claro predominio de la frontalidad.
· Es una plástica que se dirige a la mente, de una gran carga intelectual, dado que transmite contenidos ideográficos con una evidente afán didáctico.

4. TEMÁTICA E ICONOGRAFÍA·
     La temática está inspirada y determinada por la Iglesia así como el conjunto de imágenes que articulan su expresión (iconografía). La jerarquización de los temas es una constante en cuanto a qué espacios ocupan y qué relevancia visual tienen.
· La inspiración para las imágenes procede de las miniaturas prerrománicas y los marfiles bizantinos, que sugieren modelos, actitudes y composiciones.
· La temática se extrae del Antiguo y del Nuevo Testamento, o de las hagiografías (vidas de santos y mártires) más significativas.
· La catequesis pétrea se completaba con alegorías sobre los pecados, vicios y virtudes, etc. intentando llevar a la plástica ideas o conceptos que impresionaran la conciencia popular.
· La Portada es el espacio elegido para la escena principal;

En el tímpano podemos hallar:
· El Pantocrátor o Cristo en Majestad, envuelto en la “mandorla mística” y rodeado de los cuatro evangelistas (el tetramorfos: el león representa a San Marcos; el ángel a San Mateo; el toro a San Lucas; y el águila a San Juan).
· El Juicio Final, a cuyos pies aparecen los 24 ancianos citados en el Apocalipsis de San Juan.
· La Virgen.
· La crucifixión
· El Crismón que representa a la Santísima Trinidad

Las jambas (los elementos verticales que sustentan el dintel de un vano o un arco) a veces podemos hallar también figuras de santos u otros motivos.
Las arquivoltas se decoran con motivos geométricos o figuras humanas, que se adaptan al arco de la moldura.

     Además de los grandes programas escultóricos que decoran las portadas de las iglesias y los capiteles de los claustros, podemos encontrar ESCULTURA EXENTA DE PEQUEÑAS TALLAS EN MADERA policromada O MARFIL. En esta tipología destacan dos temas muy comunes en el estilo románico:
· Los CRISTOS (majestas domini) que representan la imagen de Jesús crucificado. Caracterizados por su rigidez hierática, su composición y disposición geométrica, cuatro clavos, ojos muy abiertos y en actitud serena, alejado de cualquier expresión de dolor o sufrimiento.
· La VIRGEN CON EL NIÑO, de similares características formales. Puede aparecer como THEOTOCOS (como Madre de Dios con el niño, que adopta gestos y actitudes de adulto); la Virgen puede ser utilizada como TRONO o asiento de Dios (THEOTRONOS) o también como KIRIOTISSA (modelo de tradición bizantina de Virgen entronizada, rígida, y con el niño sobre sus rodillas dándole la espalda.

EN CONCLUSIÓN:
     Hemos de valorar el aspecto significativo de la plástica románica, su carácter alegórico y fuerte expresividad. El predominio de lo didáctico sobre cualquier otro aspecto, de ahí su aparente simplicidad técnica y primitivismo formal. El papel determinante de la Iglesia y, por tanto, del contenido religioso y místico por lo que se aleja e toda preocupación por la belleza formal. El mundo sobrenatural es el ámbito expresivo del románico, se aleja por tanto de la representación del mundo terrenal y natural. El hieratismo solemne se justifica como expresión de la inmutabilidad de la fe cristiana.
Técnicamente la escultura románica evolucionará hacia un mayor naturalismo y dinamismo compositivo, por lo que la nueva expresividad se corresponderá con un nuevo contexto social, económico y cultural; el gótico será su cauce.


ANEXO
EL SIMBOLISMO EN LAS ARTES PLÁSTICAS ROMÁNICAS
El Bestiario real y fantástico Procedente del mundo grecorromano, bizantino y persa, el bestiario fantástico se apodera del mundo románico no sin resistencias y críticas por pensadores de la época. Pero el románico sacraliza esta estética pagana convirtiendo a los animales -tanto reales como imaginarios- en portadores de virtudes o perversiones por lo que su aparición en capiteles, canecillos, tímpanos, etc. es reinventada y usada con sentido de enseñanza y advertencia.
Quizás es el bestiario fantástico el motivo escultórico que más interés genera entre nosotros y el que mayor efecto de intimidación provocaría en el hombre medieval. Generado por combinación de partes de animales diferentes, su estampa, en ocasiones atroz, se reforzaba mediante lucha con hombres indefensos, con el objetivo de conmover para renegar del pecado.
      Aunque cualquier símbolo tiene dualidad de significados, incluso completamente opuestos, el románico usó ciertos animales con predilección para manifestar el bien y otros como formas del mal y del diablo.
Entre los primeros se encuentran fundamentalmente las aves en general, a menudo por comparación con el alma, ya que pueden ascender y alejarse de lo terrenal en busca del cielo, y en ocasiones se les representa picando sus patas para poder despegar de la tierra y poder volar hacia las alturas. Un ave especialmente representada como ejemplo del bien es la cigüeña, por su carácter de ave de buen agüero, además de ser monógama y comer serpientes (se le representa a menudo con una serpiente en su pico). También el león o el águila, por su fuerza y nobleza, suelen representar valores positivos, inclusive al propio Cristo. Es frecuente encontrar leones, águilas y grifos en las enjutas de las portadas, como guardianes del templo.
     En la nómina de los animales frecuentemente relacionados con el mal solemos encontrar al mono, como caricatura grotesca del hombre, la serpiente, símbolo por antonomasia del pecado y del demonio, la liebre y el conejo asociados con la lujuria por su fertilidad, el jabalí y el cerdo por ser lujuriosos, sucios y perezosos, la cabra, el macho cabrío, etc.
      Dentro del bestiario fantástico existen animales empleados con carácter positivo, como los grifos (cabeza y alas de águila con cuerpo de león) que dada su combinación de partes de animales nobles se usan, como se ha indicado, como guardianes en las entradas (puertas y ventanas) de las iglesias.
Sin embargo, la nómina de animales fantásticos maléficos es mucho más amplia. Los dragones son los más genuinos enemigos de Dios y el hombre. Su representación en el románico se aleja de las formas que las leyendas nórdicas de siglos posteriores han hecho llegar hasta nuestros días. El dragón románico es una ave con cabeza perruna de grandes ojos y cuencas profundas, con orejas puntiagudas y alargadas fauces amenazantes. Su cola es de serpiente y en ocasiones en lugar de patas de ave muestra pezuñas.
     Otros animales maléficos son la arpía (cuerpo de rapaz, busto femenino -aunque en ocasiones también masculino- y con frecuencia, cola de serpiente) y la sirena (cuerpo femenino y cola o colas de pez), ambas representando la seducción y atrapamiento por los placeres carnales.
Los basiliscos (cabeza monstruosa con cresta de gallo con cuerpo y cola de serpiente) son los encargados de transportar las almas de los condenados al infierno. Los centauros (cabeza y tronco humanos y resto de caballo o equino) simbolizan la brutalidad y lujuria y con frecuencia se les representa con arco y flecha disparando a sirenas.

Simbolismo vegetal y geométrico
     Para la mayoría de los autores, diversos elementos aparentemente decorativos fitomórficos y geométricos, tales como ajedrezados, puntas de diamante, rosetas, dientes de sierra, también pueden encerrar valor simbólico. Las representaciones circulares, como bezantes, rosetas, etc., tendrían valor solar y eucarístico y sobre ellos se añadirá nueva carga simbólica en función del número de pétalos o partes de que se compone (ver simbología numérica). Los zigzagueados y dientes de sierra, tan presentes en todo nuestro románico, especialmente en las portadas del románico asturiano y segoviano, sugeriría -al igual que en el anglonormando de donde procede- la fuerza purificadora de las aguas y los altibajos continuos que supone toda progresión espiritual. Es frecuente encontrar esta figuración también en las pilas bautismales.
El taqueado y ajedrezado, muy difundido en diversas versiones en el románico español y que arranca de la catedral de Jaca, induce a pensar en la alternancia y elección constante entre la dualidad bien-mal.
Representación de Dios
    Dios es ampliamente representado en el románico como un anciano venerable y solemne, pero son más interesantes otras representaciones más abstractas, como, por ejemplo, la mano de Dios. La mano ha sido desde muy antiguo símbolo de poder protector y en el románico suele aparecer en acto de bendecir rodeada por un limbo entre nubes y situada por encima del resto de las escenas.
La principal representación de Cristo es el "Cristo Pantocrátor", es decir como sumo señor del tiempo y de todas las cosas. Se halla especialmente ubicado en los tímpanos de las portadas y en la bóveda de horno del ábside. Cristo se encuentra inscrito en la mandorla mística y alrededor de él se desparrama el resto de símbolos terrenales y divinos: Tetramorfos, ángeles, profetas, ancianos, apóstoles, condenados, salvados, etc. Otra forma en que Cristo aparece esculpido o pintado en el románico es en la cruz, como glorioso triunfador de la muerte.
El crismón es el anagrama de Cristo formado por las letras griegas "rho" y "xi" que son las dos iniciales del nombre en griego. Suele ir acompañadas del "alfa" y "omega". Los llamados crismones trinitarios añaden una "S" del Espíritu Santo, al querer expresar la Santísima Trinidad (ya que se confunde la "P" o "rho" griega con la "P" latina). Por último citaremos que Cristo puede ser representado de manera teriomórfica, por ejemplo en forma de pez, cordero, león, etc.

Constantes bíblicas
     Algunas de las representaciones más comunes del románico son episodios bíblicos que además suelen estar cargados de denso simbolismo, como los episodios del Génesis, con la creación del hombre, el pecado original y la expulsión del paraíso, donde Eva es a la vez tentadora y fecunda o Dios aparece como justo e implacable pero a la vez benévolo.
Daniel en el foso de los leones también es ampliamente esculpido en capiteles. Es la victoria del débil e indefenso hombre que halla su fuerza en la confianza en Dios.
La visión de la gloria apocalíptica y juicio final son representaciones muy prolíficas en el románico de todos los ámbitos geográficos con su mensaje de esperanza de lo que nos espera después del combate con la bestia feroz: el Mal. A medida que el románico madura es más frecuente la representación de episodios de las vida de Cristo, en especial la Anunciación, el Nacimiento, la Adoración de los Reyes Magos, los milagros y el ciclo de la Pasión.

Escatología
     La manera en que el románico representa la muerte es con la salida del alma del cuerpo. El alma suele ser representada como un niño o una cabecita. El infierno aparece como un lugar caótico con todo tipo de suplicios a manos de demonios o bestias deformes, también como una caldera sobre una hoguera avivada por los demonios. El Cielo, por su parte, es un lugar ordenado y sereno donde los salvados aparecen vestidos bajo las arquerías de la perfecta ciudad, la Jerusalén Celeste.
Los ángeles nunca tuvieron tanta relevancia como en el periodo artístico románico. Su representación es de bellos personajes de cabellos largos y bien peinados, con rostros suaves y agradables y grandes alas. Son una de las delicias que el románico nos regala.
Los demonios, sin embargo, son esculpidos y pintados con enorme variedad de formas. La mayoría son figuras grotescas, deformes y feroces, con ánimo de espantar al observador.

El número y su simbología
     Para Pitágoras, los números definen y explican la armonía cósmica, en la medida en que expresan las fuerzas que regulan la relación del hombre con la Unidad y Divinidad. El románico también toma de tradiciones y culturas anteriores el valor del número para expresar mensajes transcendentes. En este sentido diversos elementos arquitectónicos, escultóricos y pictóricos, como canecillos, arquivoltas, cenefas, rosáceas, bolas, estrellas, etc., muestran series numéricas específicas cargadas de simbolismo por descifrar.
El "uno" es el numero de la unidad y el Principio Creador. EL "dos" es símbolo de ambivalencia y conflicto. La dualidad de la condición humana en constante lucha entre bien y mal. El "tres" es el número de lo celeste y la Santísima Trinidad. El "cuatro" es el número por excelencia de lo terrenal y lo proteico. El "siete" es la suma perfecta, el ciclo completo de lo terrestre (4) y lo celestial (3) y por tanto de la creación, que se llevó a cabo en siete días. Esta carga simbólica le confiere gran valor mágico. El carácter de culminación y obra perfecta se percibe en los siete arcos de muchas galerías porticadas, como la de la Virgen de la Vega de Segovia. El "ocho" es el número de la regeneración, por ello se talló en las cenefas de numerosas pilas bautismales. El "doce" es el símbolo de orden cósmico y de Cristo como Cronocrátor, dominador del tiempo (12 meses del año). La Jerusalén Celeste tiene 12 puertas e igual número tiene el Colegio Apostólico.


UNA PORTADA ROMÁNICA: EL PÓRTICO DE SAN PEDRO DE MOISSAC (FRANCIA)

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LA ESCULTURA ROMÁNICA:
ANÁLISIS DEL PÓRTICO DE LA ABADÍA DE SAN PEDRO DE MOISSAC (1130).
LANGUEDOC (FRANCIA)
Técnica: Piedra tallada (relieve). UBICACIÓN: TÍMPANO DEL PÓRTICO.



Puedes ver el pórtico y sus detalles en: http://web.educastur.princast.es/proyectos/jimena/pj_leontinaai/arte/webimarte2/WEBIMAG/ROMANICO/moissac.htm


EL TEMAEl tímpano representa el Apocalipsis de San Juan.
El tímpano representa el Apocalipsis de San Juan, es decir, la venida de Cristo a la tierra para juzgar a los vivos y a los muertos. Los laterales de la portada refuerzan el mensaje a través de bajorrelieves con escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento y representaciones alegóricas de la avaricia y la lujuria (quienes estén dominados por los vicios no accederán al cielo). En la jamba izquierda aparece el profeta Isaías; en la derecha, San Pedro. En el parteluz destacan las seis leonas de la Revelación, esculpidas con gran detalle.

LA COMPOSICIÓNPreside el tímpano un gigantesco Cristo (Pantocrator), rodeado por el Tetramorfo (águila, Juan; león, Marcos; toro, Lucas; y ángel, Mateo) y flanqueado por dos arcángeles que llevan rollos de plegarias.
El conjunto se completa con los 24 ancianos del Apocalipsis ubicados en registros paralelos, que llenan el espacio restante adaptándose a la forma circular del tímpano; en la base forman un friso continuo. Las hileras de ancianos, que portan instrumentos musicales o copas del ofertorio, están separadas por las olas del mar de cristal mencionadas en el Apocalipsis y presentes también en las jambas. Los rosetones del dintel tienen esculpidas ruedas de fuego infernal.

Las figuras se adaptan a las limitaciones del marco arquitectónico: los miembros se estiran o deforman según convenga, se alargan y estilizan, como los arcángeles, hasta su práctica deshumanización. Se distribuye el espacio según criterios de simetría (expresión simbólica del orden divino) y jerarquía (localización preestablecida según su importancia). La unidad compositiva de la escena, sin embargo, se construye a partir de las miradas de todos los personajes, que convergen en la figura de Cristo. Más allá de la evidente subordinación del Tetramorfo y los arcángeles, Los rostros de los ancianos, sin excepción, miran a la figura central, aunque para verla sus cuerpos deban retorcerse en violentos y forzados escorzos. La ejecución escultórica sorprende por la minuciosidad del detalle. El personaje de Cristo, de mayores proporciones que el resto de las figuras, está voluntariamente tallado de forma tosca, plana y frontal para potenciar su solemne hieratismo, en claro contraste con la riqueza gestual que exhiben los ancianos, esculpidos en bulto redondo y de tamaño inferior.

EL SIGNIFICADO SIMBÓLICO (ICONOLOGÍA)El Apocalipsis, tema muy frecuente en las portadas románicas, basado en el último libro del Nuevo Testamento, riquísimo en alegorías y simbolismos, se reveló muy eficaz para los objetivos de la iglesia medieval. De forma hermética y terrible, preconizaba el último acto de la Humanidad, el momento en que aparecía Cristo como juez supremo para juzgar a los vivos y a los muertos. Era el argumento ideal para convencer a unos hombres que subsistían precariamente, constreñidos por rigurosos límites morales, de que en el más allá tendrían su premio o castigo.
En un contexto como éste, la subordinación escultórica de las figuras secundarias a la de Cristo era fácilmente extrapolable a la necesaria subordinación, para mantener el orden establecido, del hombre Medieval a su señor feudal.

El Cristo en Majestad central, en su papel de Juez Supremo (la mano derecha señala al cielo, y la izquierda, el infierno), se revela como figura de poder y justicia. Manifiestan su carácter sagrado el hieratismo y la monumentalidad, la mandorla, símbolo del esplendor divino, las ricas vestiduras orientalizadas, que realzan su condición de Dios y lo alejan de la visión humana.
Las miniaturas mozárabes (especialmente los manuscritos ilustrados del Beato de Liébana) suministraron a Occidente la iconografía para plasmar el Apocalipsis. Así, el románico sacrificó la representación realista a favor de un antinaturalismo y una simplificación que hacían más claro el mensaje que querían difundir. Las figuras, toscas y deformadas, resultaban siempre expresivas. Su función principal no era adornar sino adoctrinar.


También puedes revisar el análisis del pórtico en este enlace de ARTECREHA:
http://www.artecreha.com/Miradas_CREHA/portada-de-saint-pierre-de-moissac.html

LA ESCULTURA ROMÁNICA: mapas visuales.

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Un par de esquemas que sintetizan los rargos generales de la escultura románica.

LA PINTURA ROMÁMICA, DOCUMENTOS.

EL PANTOCRÁTOR DEL ÁBSIDE DE LA IGLESIA DE SAN CLIMENT DE TAHULL, LÉRIDA

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Pinturas del ábside central. 
Iglesia de Sant Climent de Taüll. Lleida.
Frescos originales en el MNAC. Barcelona. S. XII.


El siguiente comentario procede de la web de ARTECREHA:

http://www.artecreha.com/Miradas_CREHA/pantocrator-de-sant-climent-de-tauell.html

Pantocrátor.

Ábside central. Iglesia de Sant Climent de Taüll. Lleida.
MNAC. Barcelona. S. XII.

La pintura románica tiene como objetivo principal ilustrar a los creyentes sobre el contenido de las sagradas escrituras, convirtiéndose la imagen en vehículo de comunicación intelectual. Por ello la pintura cuenta con dos características que son consustanciales a su estilo: su carácter simbólico y su sentido narrativo. El primero responde a su contenido religioso, que persigue una representación antinaturalista de la realidad. El segundo procede de su propia intencionalidad divulgativa y busca en la narración representada de los hechos, la explicación sencilla de la palabra sagrada. Asimismo, desde el punto de vista de la representación gestual es el fuerte contenido religioso el que provoca representaciones de gran fuerza expresiva.
En base a estos principios básicos se desprenden las demás características que definen la pintura románica: de su sentido narrativo se deducen algunas, como el perfilado de las figuras por medio de trazos muy gruesos, la simplicidad en los detalles, la esquematización de las formas o la utilización de una serie de convencionalismos que permiten una lectura clara de las imágenes, como la superposición de registros, los pies en forma de "V" o la perspectiva de líneas divergentes.
De su componenda religiosa se derivan el resto de características formales: la simetría compositiva, la rigidez, su hieratismo expresivo, la frontalidad de las imágenes, y la intensidad del color, cuya luminosidad es reflejo de una espiritualidad simbólica.
Los elementos iconográfcios resultan imprescindibles en la pintura románica pues se trata al fin y al cabo de un texto en imágenes. Se presentan en una rígida jerarquización espacial y en una reiteración temática en la que son recurrentes los temas del Pantocrátor o la Virgen, y narraciones del Antiguo y el Nuevo testamento.
Original de la pequeña iglesia de San Climent de Taüll y hoy trasladado al Museo de Arte de Cataluña, el Pantocrator que presidía su ábside es una de las pinturas románicas más conocidas del arte español, y lo es tanto por la calidad excepcional de sus soluciones plásticas, como por constiuir uno de los ejemplos paradigmatícos de los aspectos formales e iconográficos de la pintura románica que acabamos de comentar.
Todos los rasgos generales de la plástica románica se manifiestan aquí, con el objetivo principal de plasmar una imagen de la divinidad igualmente propia de la época, autoritaria y severa en su actitud.
Desde el punto de vista iconográfico Cristo aparece como Juez, enmarcado en una mandorla donde se inscriben las letras alfa y omega, símbolos del principio y fin de todas las cosas. Situado en lo alto del ábside, preside un entorno que repoduce la imagen de la Jerusalén Celeste, que vendría a representar a la Iglesia triunfante.
La actitud del Pantocrátor es la habitual, bendiciendo con una mano y portando en la otra el libro sagrado con las palabras de Juan: "Ego sum lux mundi" ("yo soy la luz del mundo").
Alrededor de Cristo aparecen los cuatro Tetramorfos (el León de San Marcos; el Hombre de San Mateo; el Toro de San Lucas y el Águila de San Juan), cuyos símbolos son sostenidos por ángeles. Completan el espacio un serafín y un querubín. Ya en la parte inferior se representan enmaracados por una arquería la Virgen y cinco apóstoles. Todo lo cual deja patente la jerarquización temática que preside la composición de este ábside, así como una composición simétrica y ordenada, característica también de la plástica románica que se apoya en ella para simplificar su contemplación y lectura.
Desde el punto de vista estético se trata de impactar al espectador sobre la fuerza y el poder de la divinidad. La obra por ello es un perfecto ejemplo de expresionismo pictórico medieval. En este sentido destaca en primer lugar el tratamiento cromático, dominado en el entorno de Cristo por un azul pleno y luminoso que rompe además la unida cromática (predominantemente cálida) del entorno. Aunque son los rasgos del rostro y el tratamiento de los pliegues los que rubrican la fuerza y el vigor expresivo de este tremebundo Pantocrátor, en un perfecto ejercicio además de esquematización visual para que su impacto expresivo sea más directo sobre quien lo contempla. Así, los ojos son dos severos círculos negros; la nariz, dos líneas paralelas que dividen el rostro y se prolongan en unas cejas altas y abiertas que agrandan el gesto de la cara; la barba y el pelo, un alarde de simetría compositiva y de esquematismo lineal; y los pliegues del vestido, una suerte de trazos paralelos que marcan el ritmo de líneas gruesas y contrastadas.
Todo ello reduce la imagen a una estructura geométrica de la figura, con lo que se consigue una abstracción de la realidad, representación perfecta de una divinidad sobrenatural que "no es de este mundo". Otros convencionalismos propios del estilo contribuyen asmismo a la concepción abstracta de esta figura antinatural, así los pies en "V"; la composición simétrica y la utilización de colores planos.
Pero es además una divinidad que ha de infundir temor, temor de Dios, y es la profunda expresión del rostro y el vigor de sus trazos, los que transmiten esta sensación. Además, el canon mayor en la figura le otorga un evidente carácter monumental. También contribuye a ello el efecto de las rodillas, grandes y simétricas, o el gesto de la mano derecha, que no solo traspasa la mandorla, sino que destaca también por contraste cromático.
Este sentido icónico, impregnado de fuerte hieratismo, encuentra al parecer referencias de influencia bizantina, que también alcanzan a otras representaciones románicas del entorno catalán.




EL ARTE GÓTICO Y LAS CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS QUE ENMARCAN SU NACIMIENTO Y DESARROLLO

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EL ARTE GÓTICO
CONDICIONANTES HISTÓRICOS

En torno al término “Gótico”
 

      El término gótico fue acuñado para referirse a una arquitectura, y es en el campo de la arquitectura donde se reconocen más fácilmente las características del estilo. Tanto la escultura como la pintura presentan unos límites más imprecisos. Podemos considerar que, al principio, estos ámbitos artísticos estaban aún profundamente relacionados con el entorno arquitectónico, pero que a medida que pasa el tiempo, el centro de gravedad artístico se va desplazando hacia la pintura.
En su época fue conocido como “Opus francigenum” (obra francesa, estilo francés….); recibió en el Renacimiento la denominación de Estilo Moderno, en oposición al antiguo o clásico. G. Vasari lo llamó estilo Gótico por considerar que era una creación bárbara, germánica (goda), con principios anticlásicos. Estilo pintoresco se le llamó en el s. XVIII por su carácter exótico, y Ultramarino, por creerse originario del Mediterráneo oriental. Más tarde prosperó el de Estilo Ojival, en atención al arco apuntado u ojival, característico de su arquitectura; en la actualidad queda definitivamente definido como gótico, pero desprovisto de connotaciones negativas y para referirnos a las expresiones artísticas propias de la Baja Edad Media (s. XIII-XV aproximadaente). Esta terminología es la expresión evidente de que nuestra percepción del arte de otras épocas va cambiando también, no permanece inmutable ni inmune a los problemas y consideraciones estéticas de cada momento.

La cristiandad europea se abre a nuevos horizontes

      En 1204 los caballeros de la cuarta Cruzada conquistaron Constantinopla. Saquearon y destruyeron la rica ciudad oriental y los objetos suntuarios que trajeron en su botón, hablaban de un mundo mucho más refinado que el suyo.
Pero no conocieron oriente sólo a través de las cruzadas, sino también gracias a los contactos comerciales que estas guerras favorecieron. Europa occidental vivía una época en la que los monasterios estaban perdiendo su protagonismo económico en favor de las ciudades, y el cultural en favor de las universidades. La burguesía mercantil, gracias al dinero que obtenía del comercio y de la banca, estaba alcanzando un gran poder económico mientras el sistema feudal, que basaba su riqueza en la posesión de la tierra, empezaba a desintegrarse. El espíritu de la época cambiaba y el arte se benefició al añadir a su clientela eclesiástica, la burguesa.
El arte gótico se extenderá en el entramado general de la espiritualidad que caracteriza la Edad Media, pero de ninguna manera podrá considerarse como una continuación del espíritu románico. Desde el pensamiento filosófico hasta las nuevas condiciones socioeconómicas, se genera una situación que propicia la aparición de un hombre nuevo y, por ello, de un arte nuevo.

Nuevas condiciones socioculturales

      Una nueva estructura social. A partir del s. XIII y tras las Cruzadas, se abren nuevas rutas terrestres y marítimas que favorecen el desarrollo del comercio. La necesidad de satisfacer la demanda de los mercaderes determinará el crecimiento de las actividades artesanales. Las actividades comerciales y artesanales se concentran en las ciudades (Burgos, en la terminología medieval), que crecerán (o aparecerán….) de forma espectacular en esta época, atrayendo el excedente demográfico que se va generando en el campo, al socaire de las mejoras agrarias y tecnológicas que favorecen el crecimiento de la producción de alimentos y de la población. En las ciudades aparecen los gremios, que pronto se convertirán en clientes y mecenas artísticos. La riqueza que provoca este desarrollo económico se materializa en dinero; ya no es la tierra la única y principal fuente de riqueza, ni la aristocracia o el clero los únicos clientes y consumidores potenciales de arte; una nueva clase social, la burguesía, emerge en esta sociedad dinámica y en transformación. Frente al monasterio y a la iglesia rural, típica de la época del románico, la catedral ciudadana se convierte en el nuevo centro de la espiritualidad burguesa. Las catedrales góticas se alzarán majestuosas, desafiantes en su concepción técnica, sobre los tejados de las ciudades de la Baja Edad Media, y los palacios de las clases dirigentes romperán el estricto carácter religioso y militar del románico. Una nueva clase social, la burguesía, y una nueva sensibilidad artística, más sensual y naturalista, contribuyen a desarrollar el nuevo estilo.
 

Evolución del pensamiento teológico y filosófico.
      En el siglo X se traduce a Aristóteles y sus ideas, opuestas al platonismo, se extienden por toda Europa de la mano de Santo Tomás de Aquino y la Escolástica; en ellas la sensación prima sobre la abstracción y con ello se tenderá cada vez más al naturalismo en la plástica (recuperación del principio aristotélico….¿recordáis?). La razón no sólo será un instrumento de conocimiento sino que, además, será una manifestación de la gloria divina. La observación y el cálculo determinan a partir de ahora el conocimiento, y en arte el realista y el ingeniero sustituirán al expresionista y al simbolista románico. Los estudios de física y matemáticas, la observación de la naturaleza, etc. contribuyen a crear la imagen de un universo físico. Se recupera el gusto por la armonía constructiva como perfecta relación entre las partes que conforman el edificio. 

La Reforma Cisterciense.
      El régimen feudal había fortalecido el papel espiritual del clero y, al mismo tiempo, había convertido a la Iglesia en una institución extraordinariamente rica. Los monasterios benedictinos se habían convertido en centro de grandes explotaciones económicas, lo que indudablemente había favorecido el trabajo intelectual de los escriptorium. Pero esta riqueza material también se había trasladado a las costumbres, que se habían relajado desde su primitiva austeridad, y al arte, cada vez más rico y suntuoso. Contra la relajación de la Iglesia, San Bernardo de Claraval emprende una tajante reforma, fundando la Orden monástica del Cister (la Orden Cisterciense). Es el nacimiento de las órdenes mendicantes. Entre varias innovaciones de orden espiritual la nueva constitución de la orden contiene instrucciones muy precisas sobre los nuevos templos, proscribiéndose todo tipo de decoración y limitándose la arquitectura a sus elementos estructurales. Se pretende volver a la primitiva austeridad monacal, sin los excesos ornamentales del último románico, que podían distraer al monje de la verdadera y desnuda espiritualidad. Esto permitirá a los arquitectos despreocuparse del ornato y atender únicamente las cuestiones de orden técnico y constructivo. De este modo, la ingeniería arquitectónica da unos pasos gigantescos en la segunda mitad del siglo XII, hasta alcanzar su madurez en el s. XIII. Esta nueva espiritualidad que asocia a Dios con la luz tendrá su plasmación arquitectónica en la nueva arquitectura.
 

El despertar del Humanismo.
       San Francisco de Asís en el s. XIII nos transmite una nueva dimensión del hombre. Su atención a la naturaleza y a los animales es, en realidad, fruto de la corriente aristotélica ya citada, y a través de ella aparece el hombre como una criatura más en la que la síntesis materia-espíritu se muestra espléndida. En adelante el cuerpo humano no será un miserable soporte del alma, sino una maravillosa obra de Dios que hay que respetar. La Baja Edad Media ha dejado muy atrás los terrores milenaristas que alumbraron el románico, y se abre hacia una era de amor, de amor a Dios y a la Naturaleza, de amor espiritual y de amor cortesano. Una nueva espiritualidad se desprende de esta actitud más benevolente con el ser humano y, por ello, más humana.
En el s. XIV Italia vivía ya un ambiente prehumanista: Dante, amigo de Giotto, gran artista de su tiempo, escribió la Divina Comedia; Simone Martini retrató a Laura, la amada de Petrarca, y Bocaccio reflejó aquel mundo en El Decameron. El franciscano Guillermo de Occam propugnaba un conocimiento de Dios a través del mundo real, lo que favoreció también la búsqueda de lo verosímil en el arte, y la pintura empezó a reflejar conceptos de ética ciudadana. Esta relativa secularización de la vida y la cultura no significará, por otra parte, el final de la iconografía religiosa; ésta se adaptará a los nuevos tiempos enriqueciéndose con historias procedentes de las vidas de los santos recogidas por Santiago de la Vorágine en su Leyenda Dorada, y con temas marianos procedentes de los Evangelios apócrifos.

Cronología y desarrollo del nuevo estilo
     Al iniciarse el período al que nos estamos refiriendo, hacia 1150, sólo una pequeña región, París y sus alrededores, son la expresión geográfica de esta nueva sensibilidad. Es allí, en la Ille-de-France, donde nace el nuevo estilo. Son los dominios del rey de Francia. Un siglo más tarde, la mayor parte de Europa había pasado a ser gótica, desde Sicilia a Islandia, con sólo unas contadas islas románicas acá y acullá, y los cruzados habían introducido el nuevo estilo incluso en el Próximo Oriente. Alrededor de 1450 la extensión del Gótico había comenzado a reducirse (ya no incluía Italia), y hacia 1550 puede decirse que había desaparecido por completo.
El estilo gótico nace en Francia y allí alcanza su madurez. Sin embargo, su aceptación no es coetánea en todos los países: así, mientras en España e Inglaterra lo aceptan fácilmente, en Alemania lo aceptarán algo más tarde, y en Italia, prácticamente, nunca.
Si tomamos Francia como referente (imprescindible dada la importancia e su arquitectura y a la enorme influencia de sus centros culturales en esta época), podemos establecer las siguientes etapas en la evolución del estilo:
 

Primera época ( 2ª mitad del s. XII y el s. XIII). Formación y Plenitud. Época de fe, de amor y de entusiasmo. La fe de los Capetos, con Luís IX, el rey Santo, y la prolongada paz que consigue políticamente favorecen la elevación de templos en tiempos cada vez más breves. La rapidez de la construcción le da a la obra una unidad de estilo rara vez obtenida en la Edad Media.
 

Segunda época (s. XIV y 1ª mitad del s. XV). Crisis y Gótico Internacional. La fe y el entusiasmo que habían hecho elevar catedrales hacia el cielo que honraban a la Virgen, Nuestra Señora (Notre Damme), se van extinguiendo con el final del s. XIII. Otras preocupaciones morales y económicas, así como la Guerra de los Cien Años, cambiaron radicalmente el panorama religioso en buena parte de Europa. Y, por otra parte, el crecimiento de las universidades, en las que la razón sustituía al sentimiento, contribuye a que la piedad no sea producto de la fe sino del estudio.
En 1309 se traslada la sede papal a Avignon. En los años siguientes se produce un notable desarrollo del arte cortesano, altamente refinado y elegante, que coincide con el del la música y el lenguaje de los trovadores. El movimiento es común en toda Europa, y se le conoce con el nombre de Gótico Internacional.
 

Tercera época (2ª mitad del s. XV). Agotamiento y Gótico Flamígero. Al extinguirse la espiritualidad que fundamentaba el estilo, se busca una salida estética. Es el Gótico Flamígero, que sin innovar nada en los aspectos técnicos y estructurales, expresa el gusto por la decoración exuberante, peculiar de una época de riqueza material. Esta efusión ornamental llega, en ocasiones, a prevalecer sobre las propias estructuras, a las que oculta, dando la sensación de un gran vegetal que consume definitivamente el estilo arquitectónico.

La situación de los reinos de la Península Ibérica
     Las relaciones de los reinos hispánicos con Francia fueron muy frecuentes durante la Edad Media. Desde la ininterrumpida corriente del Camino de Santiago a las colonizaciones de la Meseta del Duero organizadas por Raimundo de Borgoña, yerno de Alfonso VI de Castilla, el suelo peninsular se vio permanentemente expuesto a una sutil pero fértil colonización de vocablos, usos e ideas francesas.
En el primer tercio del s. XII, el rey Alfonso VII llama a la Orden del Císter, que organiza su primera fundación en Moreruela (Zamora). Más adelante, al unirse Aragón y Cataluña y extenderse ésta última hacia el sur, hacia Tarragona, los cistercienses fundan los monasterios de Poblet y Santas Creus, después el de Piedra de Zaragoza y muchos más. Con ello se introduce en estos reinos el nuevo concepto arquitectónico, donde la austeridad impedía la decoración pero favorecía el avance hacia lo que será el gótico. Fuera de las grandes construcciones cistercienses influyen en las grandes construcciones, aún románicas, que se están levantando a finales del siglo XII. En cualquier caso, los grandes centros urbanos de Castilla y de la Corona de Aragón verán levantarse, en los siglos siguientes, las grandes catedrales góticas, el nuevo símbolo de la riqueza y el despertar cultural de la Baja Edad Media Europea.

El análisis de una catedral gótica, el ejemplo de Chartres

LA ARQUITECTURA GÓTICA EN LOS DOCUMENTOS

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    Para explicar las características generales de la arquitectura gótica es necesario, primero, hacer una aproximación conceptual a los principios que la fundamentaron. Aquí os dejo algunos de los textos que hemos  leído y comentado en clase, para que los podáis revisar y, sobre todo, utilizar para completar el DOCUMENTO EXPLICATIVO que elaboraremos entre todos y que será la explicación de este aspecto del arte gótico.

ARTE GÓTICO: LA CONCEPCIÓN ESPACIAL EN LA ARQUITECTURA.-
 "En lo técnico y estructural el Gótico lleva a la per­fección el sistema de baldaquino iniciado en Bizancio, situados estos estilos uno al comienzo y otro al final de la época medieval (Sedlmayr). La catedral gótica se construye como un agregado de «capillas» (así figura en los documentos); es decir, de tramos de nave. El arquitecto tiene conciencia de que lo que realiza es una perfecta estructura de dinámica arquitectónica formada por pilares y nervios de bóveda, de gran altura y precisión en la localización dinámica de dispersión de empujes hasta el suelo; esta estructura es diáfana y lógica, suprimiéndose lo accesorio y teniendo cada elemento un papel concreto; de aquí surge el arbotante en lugar del contrafuerte macizo. Entre los conocimientos técnicos es fundamental saber que cada tramo es como una unidad o módulo, susceptible de multiplicarse coordinativamente, para así prolongar una cadena de tramos.
Dos ejes direccionales dominan la construcción de las famosas catedrales góticas: el longitudinal axial de progresión hacia el altar (eje o camino constante en la basílica cristiana) y el vertical, que se imprime en el espacioconstruido y es evocado por los pilares que, sin solución de continuidad, se alzan desde el suelo hasta la bóveda y enlazan allí con los nervios. Pero ninguno de ambos ejes es ajeno a tiempos pasados; el mismo Románico de las iglesias de peregrinación acentuaba la altura y el camino direccional hacia el altar; lo que el Gótico hace es suprimir el sentido de unidad rítmica y pausadamente estructurada, tanto en longitud como en altura, de la nave central románica; ahora, al acentuar la longitud por la repetición rápida y seriada de un mismo motivo, crea ya no un ritmo pausado hacia el altar, sino una aceleración rítmica, un conjunto más continuo, aunque nos podamos dar cuenta en alguna ocasión de que es un agregado de formas repetidas, sin que exista un muro que lo envuelva todo.
El camino hacia el altar se hace velozmente perspéctico y convergente, la repetición de pilares crea una aceleración rítmica y evita que se provoque la conciencia de pausa presente en el Románico. En este camino, elcrucero -muy frecuentemente casi en la mitad de la iglesia- o es más que una pausa que concentra otras cortas direcciones transversales, y que obliga a admirar desde él la grandeza constructiva para después continuar hacia el altar; éste se halla situado en la cabecera, allí donde el ritmo de repetición se hace más rápido y prieto, viniendo a ser como el varillaje de un paraguas que, por sus nervios, recoge la dirección de la bóveda para llevarla en sentido envolvente al altar. Este sentido direccional incluso se resalta con un nervio que a modo de espinazo recorre longitudinalmente todas las bóvedas (Burgos, Pamplona).
Al decidirse los constructores por este sistema, que anula por completo el muro, pensaron también en ocupar su sitio con vidrieras, pero no para aumentar la lu­minosidad del interior, pues las catedrales góticas en su estado puro (Chartres) son tan sombrías como los templos románicos, sino para poder así aumentar su evocación poético-simbólica, hasta llegar a extremos como el de la Sainte Chapelle, en la que la arquitectu­ra no es más que un marco para sustentar estas vidrieras.
El mundo europeo ha cambiado: lo civil y lo humano sustituyen a la mística religiosa; la ciudad, al monasterio; el obispo, al abad. Riqueza y poder se concentran en florecientes ciudades de comerciantes, menestrales y agricultores libres. La catedral es la aspiración de estas ciudades, timbre de prestigio y fuente de ganancias económicas; todo el grupo social participa y contribuye a su construcción. Será también, incluso, marco escénico de actividades laicas, mercado, escenario de teatro burlesco, etc.
Pero, ante todo, la catedral es el templo regio por excelencia imagen poética de la Jerusalén Celeste, un segundo paraíso, el Cielo mismo. Al ser coronado y ungido, el rey pasa a adquirir carácter sacro, al igual que el templo.
La imagen poética y metafórica del templo como cielo tiene gran tradición y apoyatura literaria tanto en la misma época como en épocas anteriores. La luz filtrada por las vidrieras es la que fundamentalmente crea el aspecto sensible de esta espacialidad sacra y celeste, de modo que la vidriera viene a ser origen de la luz policromada, como si fueran piedras preciosas con luz propia cuyos destellos, al teñir el suelo y toda la arquitectura, le dan el mismo carácter a la piedra, que estructuralmente ya ha adquirido carácter simbólico: «En el centro se alzan doce columnas correspondientes al número de los apóstoles, y otras tantas en las naves laterales para significar el número de los profetas; ellas sustentan el alto edificio según las palabras del Apóstol...» (Abad Suger). Las vidrieras de la iglesia, por las cuales se transmite la claridad del sol, significan las Sagradas Escrituras que nos protegen del mal y en todo nos iluminan (Pierre de Roissy, c. 1200).
“... me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo de parte de Dios, que tenía la gloria de Dios. Su brillo era semejante a la piedra más preciosa, como la piedra de jaspe pulimentado" (Apocalipsis, 21 10-12). Estas paredes luminosas como piedras preciosas delimitan herméticamente el recinto, y no lo ponen en comunicación con el Cielo porque la catedral gótica es el mismo cielo (Sedlmayr).
Por otra parte, el sentido litúrgico de los ritos se hace más complicado -sobre todo en el culto a la Eucaristía- , acentuándose los sistemas procesionales, que en la iglesia gótica encuentran un marco óptimo, y adquiriendo gran importancia la música de órgano. Sigue la separación rigurosa del presbiterio y coro; el resto es ocupado por los fieles, que sólo tangencialmente verán los oficios divinos, y es que, en esencia, la catedral como obra litúrgica, es sólo para los clérigos."
VARIOS AUTORES.- Introducción general al arte. Ed. Istmo, Madrid. 1980. Págs. 112-116



LUMINOSIDAD Y RELACIÓN ENTRE ESTRUCTURAY APARIENCIA EN EL EDIFICIO GÓTICO.
    " Hay dos aspectos de la arquitectura gótica que carecen de precedente y de paralelo: la utilización de la luz y una relación original entre la estructura y la apariencia.
Por utilización de la luz entiendo más específicamente su relación con la sustancia material de los muros. En una iglesia románica, la luz es algo que se distingue de la sustancia pesada, sombría y tangible de los muros y que contrasta con ella. En el gótico, el muro da la impresión de que fuera poroso: la luz se filtra a través de él, penetrándolo, fundiéndose con él, transfigurándolo. (...)Las vidrieras del gótico sustituyen a los muros vivamente coloreados de la arquitectura románica: estructuralmente no son, como tampoco estéticamente, vanos abiertos en el muro para permitir que pase la luz sino muros transparentes,(...) La luz, que normalmente se ve ocultada por la materia, es aquí el principio activo;...
En este decisivo aspecto, por lo tanto, es en el que se puede considerar al gótico como el estilo de una arquitectura transparente y diáfana. (...) Ningún segmento del espacio interior podía permanecer en la oscuridad, sin ser definido por la luz.(...) Al final del proceso parecen un fino revestimiento que rodea la nave central y la cabecera mientras las ventanas vistas desde el interior, pierden sus límites de definición como si se fusionaran, vertical y horizontalmente en una esfera continua de luz, en una zona de contraste luminoso detrás de todas las formas tangibles del sistema arquitectónico.
... Para los siglos XII y XIII, la luz era la fuente y la esencia de toda belleza visual. (...) Por poseer luminosidad se consideran hermosas a las estrellas, al oro y a las piedras preciosas. En la literatura filosófica de la época y también en la épica cortesana los términos "lúcido", "luminoso" y "claro" son los adjetivos que se utilizan con más frecuencia para describir la belleza visual. Esta preferencia estética se ve intensamente reflejada en las artes decorativas de la época, que se deleitan en la vistosidad de objetos relucientes materiales brillantes y superficies pulidas. La aparición de la vidriera, movida por la asombrosa idea de sustituir los muros opacos por otros transparentes, refleja este mismo gusto.(...) Para el pensador medieval la belleza no era un valor independiente de los demás sino más bien el resplandor de la verdad, el brillo que despide la perfección ontológica, y esa cualidad de las cosas que indica que tienen su origen en Dios.(...)
Según la metafísica platónica de la Edad Media la luz es el más noble de los fenómenos naturales, el menos material, el que se acerca más a la forma pura. (...)...) La luz es, además, el principio creativo de todas las cosas y es especialmente activa en las esferas celestiales... Según los pensadores medievales la luz es el principio del orden y del valor. El valor objetivo de una cosa se halla determinado por el grado en que participa de la luz.
El segundo rasgo sobresaliente del gótico es la nueva relación que se establece entre función y forma, entre estructura y apariencia. En la arquitectura románica o en la bizantina la estructura es un medio necesario pero invisible para llegar a un fin artístico y se halla escondida tras una ornamentación de pinturas o estucos. Y muchas veces todo el edificio no es, de hecho, más que un andamiaje para exhibir grandes frescos o mosaicos.(...) De la arquitectura gótica puede decirse exactamente lo contrario. La decoración se halla en ella subordinada al dibujo que forman los elementos estructurales, los nervios de las bóvedas y los fustes sustentantes, y el sistema estético se halla determinado por ellos. (...)
En la arquitectura gótica, por otra parte, la estructura del edificio adquiere una dignidad estética desconocida hasta entonces. La maravillosa precisión, por ejemplo, con que se cortaban todos los bloques y se colocaban en la bóveda gótica -sin dejar juntas irregulares que hubiera que ocultar- sugiere no sólo una técnica de ejecución perfecta (...) sino también un gusto nuevo y un aprecio del sistema tectónico,...
... Hasta la forma de los elementos inequívocamente estructurales del gótico se ve deliberadamente modificada muchas veces a expensas de la eficacia funcional, por conseguir un cierto efecto visual. De este modo nunca se deja ver el macizo espesor de muros y pilares ... producen la ilusión de no de un muro, sino de una superficie delgada como una membrana. También en los soportes su verdadero volumen se esconde como si se desintegrase en ellos, tras haces de frágiles y altísimos fustes.
Y sin embargo, no podemos entrar en una iglesia gótica sin experimentar la sensación de que todos los elementos visibles de ese gran sistema tienen una función que cumplir. No hay muros, sólo soportes; la masa y la carga de la bóveda parecen haberse contraído en la vigorosa red de nervios(...) Los valores estéticos de la arquitectura gótica son en un grado sorprendente, valores lineales. Los volúmenes se ven reducidos a líneas... Puede demostrarse de hecho cómo el nervio fue precedido y preparado por la tendencia del arquitecto a entender y dirigir los ángulos de una bóveda de arista, no como la conjunción de superficies curvas sino como intersección de líneas rectas. ...la bóveda de crucería es, así, en gran medida no la causa sino el producto del grafismo geométrico de la traza gótica.
... el gótico es, en verdad, funcionalista especialmente si lo comparamos con el románico.(...). La iglesia es, mística y litúrgicamente una imagen del cielo. (...) Tales imágenes sugieren el motivo espiritual del antifuncioanlismo del arte románico y bizantinos la experiencia mística que los frescos o los mosaicos van a ayudar a suscitar en los fieles es una experiencia que, categóricamente no pertenece a este mundo la visión celestial allí representada va a hacernos olvidar que nos hallamos en un edificio de piedra y mortero. Estas grandes evocaciones pictóricas de la significación mística del edificio de la iglesia no tienen ya sitio en el templo gótico. En el interior de las catedrales... las imágenes ocupan, ahora un lugar menos destacado.(...)"
SIMSON, Otto von.- "La catedral gótica".- Alianza forma. Madrid. 1982 (2ª). págs. 25-42.

LA ARQUITECTURA GÓTICA: PRESENTACIONES Y MAPAS VISUALES

PANORAMA GENERAL DE LA ARQUITECTURA GÓTICA EUROPEA

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Una PPT para obtener una visión panorámica de las grandes catedrales góticas europeas y, al mismo tiempo, observar algunas de las diferencias más notables entre los distintos países.

Un buen sitio para encontrar información con la que documentar estas diferencias es ARTEGUÍAS:
http://www.arteguias.com/goticoeuropa.htm


     Francia es la cuna del gótico, como lo fue del románico. En la fase protogótica encontramos los edificios cistercienses como la abadía de San Denis, y las catedrales de Laon y Notre-Dame de París. En el período clásico destacan las catedrales reales, ya que son los reyes los promotores de su construcción: ReimsAmiens y Chartres. En el período manierista destaca la Santa Capilla de París y la catedral de Rouen. En general las construcciones francesas tienden a la verticalidad.
     En Alemania el gótico triunfa sobre todo en las regiones occidentales, debido al influjofrancés. Sin embargo, aquí la tradición carolingia, otoniana y románica es muy fuerte. La primera construcción auténticamente gótica es Santa Isabel de Magdeburgo. La influencia francesa se deja sentir en la catedral de Colonia. También son destacables las catedrales de Ratisbona, Erfurt, Ulm y Estrasburgo. No obstante, el gótico llega hasta el siglo XV.
     En Inglaterra el gótico tiene un desarrollo peculiar. Potencia las líneas rectas; es más macizo y horizontal y utiliza una pantalla a modo de telón tanto por delante como por detrás de la catedral. Además, usa con profusión las bóvedas de abanico. En Inglaterra el gótico presenta tres etapas: el estilo primitivo, con catedrales como las de Canterbury, Lincoln y Salisbury; el estilo decorativo, en el que la decoración se hace independiente de la arquitectura, con catedrales como las de York, Exeter yWells; y el estilo perpendicular, más racional y organizado, y con tendencia a la desornamentación exterior, aunque se mantiene en el interior. En este período destacan las catedrales de Westminster, Gloucester y el castillo de Windsor.
     El gótico apenas entró en Italia, aunque la catedral de Milán sea la excepción; que continúa con las formas clásicas, los muros macizos y la tendencia horizontal. No encontramos aquí las señas de identidad góticas, más que en algunos elementos. Los vanos son menos numerosos, lo que da pie para ser pintados. Las fachadas suelen estar revestidas de mármoles de ricos colores, aunque se dispongan en ellas gabletes. Destacan las catedrales de Siena, Arezzo y Milán. Pero lo característico del gótico italiano es la arquitectura civil: palacios y lonjas, que aparecen en las numerosas repúblicas italianas. Son, pues, edificios de escasa altura. Destacan los palacios de las Señorías de Siena y Florencia, la cartuja de Pavía, el Ayuntamiento de Perusa y el palacio ducal Casa del Oro en Venecia.
     En Portugal el gótico llega a través de España. Destacan el convento de Batalha y el monasterio de Alcobaça. Sin embargo, en los siglos XV y XVI se desarrolla el original estilo manuelino, que se caracteriza por su abigarrada ornamentación. El estilo se difunde por todo Portugal, pero destacan el monasterio de Belem, el convento de Tomar y la iglesia de Olivenza, en España.
   
   En cuanto a España el gótico tiene dos ámbitos fundamentales, el camino de Santiago y las ciudades comerciales de la Corona de Aragón, que en esta época está extendiéndose por el Mediterráneo. Distinguiremos cuatro períodos: la fase de transición, el gótico pleno o clásico, el gótico manierista o mediterráneo y el gótico flamígero.
     El gótico tarda en introducirse en España, por lo que hay una fase inicial de transición (siglo XII) en la que conviven las formas románicas y las góticas. Los más representativos son los monasterios de la orden del Císter, fundamentalmente en Navarra y Aragón. Destacan los monasterios de Poblet, La Espina, Fitero, La Oliva, Santa Creu, Gradefes y La Moreruela. Se comienzan a construir las catedrales de Zamora y Salamanca, con una clara influencia islámica, y las de Tarragona y Lérida. Una de las primeras catedrales góticas que se construyeron en España es la de Cuenca. Se consagró en 1182.
     La segunda etapa, en el siglo XII, es la del gótico pleno. Fundamentalmente es el gótico de Castilla y León. Este es el momento de máximo apogeo del camino de Santiago. El estilo tiene una gran influencia francesa y en él aparecen todos los elementos que definen el estilo gótico. Las catedrales más importantes son las de León, Burgos y Toledo. También se construyen las catedrales de Oviedo y Palencia.
     La tercera etapa, en el siglo XIV, es la manierista, y se centra, fundamentalmente, en el Mediterráneo. Se acaban las catedrales de Palma de MallorcaBarcelona, Santa María del Mar (Barcelona) y Gerona, ésta última de una solanave, y se construye la lonja de Barcelona. Son templos más austeros, la nave central es más ancha y las laterales son más altas. No abundan los arbotantes ni los pináculos.
     En el siglo XV aparece el gótico flamígero, que en Castilla se denomina isabelino. En esta época la decoración se desborda, las plantas tienden a ser cuadradas, de una sola nave y los soportes más delgados. El coro deja de estar en el centro de la nave principal y se desplaza a los pies y en alto. Los motivos decorativos aparecen en todas partes: portadas, ventanas, cornisas, cresterías, pináculos, etc., y son, fundamentalmente, escudos heráldicos, puntas de diamante, conchas, etc., de inspiración mudéjar. Este estilo parece que llega a España de la mano de los maestros de los países bajos que trabajan aquí. En la Corona de Aragón destacan las lonjas de Palma de Mallorca y Valencia, la catedral de Tarragona y la Generalitat de Barcelona. En Castilla aparecen dos escuelas: la de Toledo y la de Burgos. Se conocen algunosmaestros como Juan de Guas , en Toledo, que construyó San Juan de los Reyes, y la puerta de los leones de la catedral de Toledo. En Burgos trabaja Juan de Colonia que construiría las torres de la catedral de Burgos, la capilla del Condestable; y la cartuja de Miraflores y Simón de Colonia , que construye las fachadas de San Pablo y San Gregorio en Valladolid. También se construyen la capilla real de Granada y la catedral de Sevilla. A partir de estos momentos en las ciudades aparecen palacios que crean un modelo de fachada sobria, como el palacio del Infantado en Guadalajara.

UN EJEMPLO DE ARQUITECTURA BIZANTINA: LA BASÍLICA DE SANTA SOFÍA.

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Un video para aproximarnos al Imperio Bizantino y sus fundamentos ideológicos y culturales.



Breve pero elocuente video de ARTEHISTORIA sobre la magnífica basílica erigida en Constantinopla, actual Estambul, por el emperador Justiniano.



Este otro, con bello fondo musical, nos ofrece un recorrido visual por algunas de las creaciones arquitectónicas y plásticas más significativas del mundo bizantino.


Y una explicación escrita de esta magnífica construcción bizantina:

ARTE BIZANTINO: LA ARQUITECTURA.

Santa Sofía de Constantinopla (Estambul, Turquía)

Descripción y análisis:
      El edificio se alza sobre el antiguo emplazamiento de la basílica de Santa Sofía construida por Constantino I en 325. Su tipología es de planta central con una gran cúpula, nártex y exonártex.  El resultado es original y único, una basílica rectangular de 77 x 72 metros que combina el eje tradicional con una distribución centralizada. En los ángulos de un gran cuadrado, que forma la nave central, de 100 pies bizantinos o 33 metros se elevan cuatro grandes pilares- estribos de 21,5 metros de altura sobre los que se apoyan 4 grandes arcos que se conectan entre si con cuatro grandes pechinas que completan la superficie circular sobre la que se situará la gran cúpula. Las pechinas proporcionan una transición más elegante entre la superficie cuadrada y la circular que las trompas usadas durante el Imperio Romano y una mayor altura que los apoyos sobre tambor circular usados en el Pantheón romano. Quizá tengan las pechinas origen en la arquitectura romana, pero es en Santa Sofía donde se emplean por vez primera de una forma tan visible. Su uso se generalizará a partir de ahora en el arte Bizantino y, más tarde, en el Románico, Renacimiento, Barroco hasta los tiempos actuales.
   El edificio consta de una galería superior con un palco desde donde la emperatriz podía presenciar las largas y fastuosas ceremonias que generalmente se celebraban. El acceso a esta tribuna se hacía mediante una rampa por la que, si era necesario, podían acceder jinetes a caballo. Se entra en el edificio a través de un nártexcubierto con bóveda de arista cuya longitud es igual al doble del cuadrado central, y a través de un puerta situada en el lado opuesto del ábside oriental que contenía el altar. Las naves laterales y las galerías situadas sobre ellas también están cubiertas con bóvedas de arista. La cornisa de las galerías marca el punto de arranque de las pechinas y de los cuatro arcos que sostienen la gran cúpula.
El interior de la iglesia estaba decorado con mosaicos de gran calidad y riqueza. Los musulmanes iconoclastas los escondieron bajo una gruesa capa de estuco. Aún así todavía se pueden contemplar hoy en día una parte de la decoración. El pavimento original también era de mosaico y mármoles policromados, los balaustres y revestimientos de los muros también eran de mármol así como los capiteles y las columnas, gran parte de ellas reutilizadas de edificios anteriores. Son de destacar también los elementos de decoración realizados con metal. Las ventanas tenían láminas de alabastro. La luz provenía principalmente del anillo de ventanas de la cúpula.

Aspectos constructivos y estilísticos:
       La estructura de esta iglesia será una de las que más influencia va a tener sobre toda la arquitectura del Oriente musulmán y ortodoxo. La cúpula de Santa Sofía es el elemento más llamativo del edificio, tiene la forma de una semiesfera rebajada y está compuesta por cuarenta nerviosque se unen en el centro, su diámetro varía entre 30 y 31 m. y está situada a 54 m de altura. Las cuarenta ventanas forman un tambor cilíndrico que sirve para aligerar su peso y permitir la entrada de luz. El plemento que conecta los nervios entre sí es ligeramente cóncavo y recuerda vagamente la forma de una concha. Además para aligerar el peso al máximo, las tejas son ligeras fabricadas en Rodas. Fueron precisos grandes esfuerzos para apoyar la cúpula a 54 metros de altura. Para absorber el empuje de su inmenso peso, y que no cargara hacia afuera sobre los arcos de la esquina, se levantaron enormes contrafuertes de mampostería sólida, claramente visibles desde el exterior. La cúpula completamente cubierta de mosaicos dorados, armonizaba con los ricos mármoles de colores y el pórfido de columnas y estribos y con las vidrieras originales de las ventanas. Los capiteles extraordinariamente diseñados y tallados, no pertenecen a los órdenes clásicos conocidos, sino que se trabajan con fino relieve, usando la decoraciónvegetal y geométrica. El crucero, de sección cuadrada, se prolonga en los lados este y oeste mediante semicírculos que están cubiertos por semicúpulas, hasta los ábsides, agrupados de tres en tres en torno de los semicírculos y coronados por semicúpulas más pequeñas. Probablemente hubiera sido imposible este tipo de estructura utilizando la técnica romana del mortero. Antemio e Isidoro logran construir las cúpulas utilizando simples hileras de ladrillos unidos por los extremos. De norte a sur las naves laterales contrarrestan la nave central y la cúpula mediante simples bóvedas de cañón apoyadas en gruesos contrafuertes. El muro de mampostería que cierra el espacio interior está aligerado por numerosas ventanas y reforzado por arcos cuyo número y distribución ha sido cuidadosamente estudiado: siete arcos en las galerías, cinco en las naves laterales, cinco ventanas sobre siete en las lunetas, cuarenta ventanas en el tambor de la cúpula, cinco en cada semicúpula. Todo ello crea un contraste de luz entre luminosas ventanas y oscuros arcos, con grandes cúpulas rodeadas de otras más pequeñas, aumenta el espacio interior y da sensación de flotación de la cúpula principal. El resto de las paredes y arcos del edificio son de ladrillo recubierto de mosaicos. En la actualidad están recubiertas de pinturas y caligrafías turcas. En las pechinas se conservan las figuras de cuatro ángeles. La enorme basílica fue concluida en sólo cinco años, pero tuvo problemas con la cúpula que se debilitó por causa de un terremoto y finalmente se hundió el año 558. La actual es resultado de varias reconstrucciones. Los minaretes que hoy flaquean la iglesia, como parte de los edificios anexos que la ocultan parcialmente, son de construcción turca, posteriores a la caída de la ciudad en 1453 y la conversión en mezquita del monumento.

Iconografía de los mosaicos de Santa Sofía:
     El repertorio iconográfico de los murosrealizado entre los siglos IX y XII, es de inspiración cristiana, representaba la Deésis, Jesucristo, entre la Virgen y San Juan Bautista, la Virgen flanqueada por los emperadores Justiniano (que ofrenda la iglesia a la Virgen) y Constantino(que le presenta la ciudad de Constantinopla, también aparecen los posteriores gobernantes Juan Commeno II y la emperatriz Irene, junto con motivos geométricos y florales.
   El inmenso ámbito que creaba la bóvedapor encima de los fieles quería representar un único Dios y una única fe para toda la humanidad. La iglesia custodiaba las reliquias más extraordinarias del cristianismo primitivo, desde el pozo de la Samaritana, o los restos de la Vera Cruz, hasta la losa donde se había depositado el cuerpo de Jesús. Se cree que el exterior de la iglesia tenía un color salmón oscuro parecido al actual.
Santa Sofía representa la síntesis entre Oriente y Occidente. En ella se funden las dos concepciones del mundo y se forma un estilo nuevo, completamente original. La simbiosis entre la cúpula, como símbolo del arte oriental y la planta basilical, cuyo origen está en Occidente. Dice la leyenda que cuando Antemio e Isidoro terminaron la iglesia, Justiniano exclamó: "Salomón te he vencido".

FUENTE: ARTECREHA.

LOS MOSAICOS BIZANTINOS: SAN VITAL, RÁVENA.

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Mosaico del emperador Justiniano en el ábside de la iglesia de San Vital, Rávena (Italia)


EL MOSAICO BIZANTINO: GENERALIDADES.
    El mosaico bizantino, tal vez una de sus manifestaciones más conocidas, es heredero del paleocristiano, que a su vez lo es del arte romano. El mosaico ya era conocido en Grecia, si bien no alcanzó el éxito que tendría en el Imperio romano, cuando se extendió su uso como elemento de decoración de interiores. Al principio se usó como revestimiento de techos y muros, pero cuando se comprobó que era un material idóneo como pavimento porque resitía las pisadas y creaba un ambiente suntuoso en los espacios interiores, cobró aún mayor popularidad.
   El arte paleocristiano por su parte heredó la misma técnica musivaria de los romanos, si bien abandonó su utilidad como pavimento y lo utilizó preferentemente como revestimiento mural, mismo uso que se dará en el contexto del arte bizantino. En este caso es además fundamental como elemento de transmisión del simbolismo de la luz como reflejo, como “centella”, de Dios. Pero tampoco es ajeno su simbolismo propagandístico, porque su riqueza es asimismo signo del poder imperial, y resultará por ello un componente más del cesaropapismo bizantino.
   Su solución plástica conserva esa tendencia idealizante del arte de la época, muy vinculada a su contenido religioso y por tanto espiritual, que es precisamente lo que se trata de representar, de ahí que las representaciones del mosaico bizantino se alejen de propuestas realistas y desarrollen un arte de la idealización y el hieratismo formal.
Se emplean teselas de mármol de diferentes colores o teselas de barro cocido policromadas con pasta vítrea, pero siempre buscando el impacto cromático. Las técnicas más habituales son las denominadas opus tesselattum, a base de teselas cúbicas, todas iguales y de distintos tonos y el opus vermiculatum, en que cada tesela adopta el contorno preciso pudiendose realizar así todo tipo de escenas figuradas. Lo más normal no obstante era que se combinaran ambas técnicas, el vermiculatum para los contornos y el tesselattum para el relleno.
Las composiciones suelen ser frontales, con figuras aisladas, aunque se suelen alinear en un plano corrido. En la representación se repiten los esquemas icónicos de rigidez y hieratismo, reiterados monótonamente entre elementos paisajisticos o decorativos intercalados.
En las paredes laterales del ábside de la iglesia de San Vital de Rávena y circundando por tanto el altar se desarrollan dos programas musivarios, uno enfrente de otro: a la derecha (mirando al altar) el retrato de Teodora, mujer de Justiniano I y por tanto emperatriz de Bizancio, y a la izquierda el del Emperador Justiniano.
En ambos casos se trata de recalcar el poder civil y religioso de ambos mandatarios, lo que justifica su localización en el ábside, que completa su decoración en la bóveda que lo cubre con una representación de Cristo sobre la bóveda celeste.

Iglesia de San Vital, Rávena (Italia).  EL MOSAICO DE LA EMPERATRIZ TEODORA
  En el retrato de Teodora se puede apreciar la fuerte personalidad de la emperatriz, que curiosamente era una artista circense y que por lo mismo no tuvo fácil poderse casar con el emperador, lo que consiguió finalmente gracias a la promulgación de una ley que permitía el matrimonio entre clases sociales diferentes. Una vez en el poder, fue ella y no Justiniano, quien asumió las riendas de la autoridad, y de hecho fue ella y no su marido quien aplastó la rervuelta Niká. A ella también se le debe un amplio acopio legislativo que protegía ampliamente los derechos de la mujer, y se dice que era la emperatriz la que dirigía en la batalla a Belisario, el gran general, lugarteniente del emperador. Por tanto fue una mujer de gran influencia política y de enorme peso en la corte de Justiniano.
   En el retrato del mosaico que estamos analizando no es por ello de extrañar que la emperatriz se represente en igualdad de condiciones al emperador: en el mismo lugar, las paredes laterales del ábside de la iglesia, y con la misma idealización, que parece alejarla de la realidad tangible. Contribuyen a ello una serie de convencionalismos característicos del mosaico bizantino: isocefalia; frontalidad; pies en "V"; horror vacuii; movimientos reiterativos en todos los personajes; hieratismo y rostros indefinidos en el séquito; colores planos; perspectiva "Ptoloméica", de líneas divergentes; impenetrabilidad de los rostros; mayor canon de Teodora, como símbolo de autoridad y de importancia personal en la corte; y ausencia de movimiento, como se se hubieran petrificado las figuras.
  En última instancia, el autor pretende desmaterializar las imágenes en un intento de representar lo sagrado. A pesar de ello, no quiere sin embargo olvidar que se trata de figuras humanas y así hay que valorar el esfuerzo realista que se desarrolla en algunos detalles, la exactitud minuciosa del vestuario, y el interés por representar con fidelidad y riqueza plástica el valor del oro, la plata, los cristales vidriados, las joyas, etc. Lo que le da a todo el conjunto una sensación de solemnidad y suntuosidad excepcionales.
   Se podría decir en el caso del retrato de Teodora que que ésta parece más acusadamente bizantina, con más lujo, más variedad cromática e interés por representar toda la moda orientalizante: Mantos coloristas, collares abundantes; joyas en abundancia y un aire patente de lujo y ostentación. El rostro es plano y muy sumario, aunque expresivo (ojos muy abiertos).



SOBRE EL MOSAICO DEL EMPERADOR JUSTINIANO      
   En esta imagen del Emperador observamos una representación que va a ser habitual a partir de entonces. No es una imagen realista, sino una reproducción totalmente idealizada de Justiniano, que ante sus súbditos pasaba por ser una figura semidivina. Por eso todas las figuras están tan rígidas; con la misma postura repetida en todos los personajes como si fueran maniquíes; todos con los pies colocados en una postura muy forzada, en una posición en forma de “V”; todos curiosamente con las cabezas situadas a la misma altura; y todos con los rostros bastante inexpresivos. Tampoco la perspectiva es real, porque si nos fijamos, unas partes las representan vistas de frente y otras desde arriba. Esa misma falta de naturalidad se observa también en la representación de las túnicas de los personajes, todas ellas muy rígidas y con lospliegues igualmente muy poco naturales. Sólo Justiniano destaca un poco por encima de los demás, por su atuendo, de un color diferente, por sus joyas y atributos, como la corona, y porque está en el centro de la representación. Con ello se quiere potenciar la importancia de este emperador, que al estar representado en la parte más importante de una iglesia, quiere dejar claro que a su poder político se añade su mismo poder religioso. Una fórmula que asumieron todos los emperadores de Bizancio, la de combinar el máximo poder político y el máximo poder religioso y que se denomina cesaropapismo.

FUENTE: http://www.artecreha.com/Miradas_CREHA/mosaico-de-teodora.html: 

OBRAS COMENTADAS PARA EL PRÓXIMO EXAMEN

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Estimadas alumnas y alumnos, ante la ansiedad que os produce el análisis y comentario de algunas de las obras de referencia para el próximo examen, aquí os dejo algunos enlaces (muy visibles en el blog, si se buscan) con los análisis de algunas de esas obras que, por otra parte, complementan los que ya tenéis en el propio blog.

Sobre la Alhambra:
http://www.selectividad.tv/S_A_1_3_1_S_sala_de_las_dos_hermanas_en_la_alhambra_de_granada.html

Sobre la mezquita de Córdoba:
http://www.selectividad.tv/S_A_1_3_2_S_vista_interior_del_haram_de_la_mezquita_de_cordoba.html

LA ESCULTURA GÓTICA: ESQUEMAS.

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Los tres esquemas están contenidos en la presentación alojada en slideshare; no obstante, aquí os los dejo "sueltos" por si os resultan útiles a la hora de fijar las líneas básicas de la escultura gótica.

LA ESCULTURA GÓTICA

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LAS ARTES PLÁSTICAS DEL GÓTICO: LA ESCULTURA GÓTICA Y SUS CARACTERÍSTICAS GENERALES.   
    Aunque el gótico sucede al románico, el hecho es que se produce un cambio en la concepción de las formas, no sólo arquitectónicas, sino escultóricas y en todos los órdenes. El hieratismo geométrico de la figura escultórica románica que induce una percepción atemporal y simbólica deja paso a un progresivo naturalismo. Mediante el concepto naturalista de la escultura gótica se pretende representar el mundo visible tal y como es. Se representa la naturaleza y, por tanto, va desapareciendo el anhelo simbólico, que sólo por la arquitectura permanece en el arte gótico. Se produce una humanización en los gestos y actitudes de los personajes. La atemporalidad y universalidad del personaje románico se reduce en el gótico a la coyuntura temporal de un momento concreto del tiempo y del espacio. De ahí que el la escultura del gótico el personaje esculpido refleja las emociones y las vicisitudes de cualquier mortal. 
    Este fenómeno de humanizacón y localización en el tiempo y espacio se percibe, aunque con signos opuestos, en las dos figuras más representadas de la escultura gótica. En el caso de la Virgen con el Niño, María adopta la forma de madre alegre y cariñosa que atiende a su hijo con amor maternal. Es fácil encontrar leves e incluso abiertas sonrisas en su rostro. Por el contrario, Cristo aparece doliente como un hombre normal enfrentado a su muerte. Los personajes de la escultura gótica, en ese creciente humanismo, abandonan las posturas verticales, simétricas y hieráticas para adoptar posturas cada vez más amaneradas y con gran sentido del movimiento
    Como otros estilos artísticos, el gótico sufre una evolución desde el clasicismo del siglo XIII, donde se busca la serena belleza del naturalismo idealizado, hasta un amaneramiento o manierismo que se advierte en la estilización y alargamiento de las figuras, en sus posturas en curva. Esto se deja entrever ya en el siglo XIV. Por último, en la fase final donde convive con las primeras manifestaciones de Renacimiento predominan las esculturas de reyes, burgueses, y aristócratas.



Escultura gótica del periodo clásico (siglo XIII)
   La escultura gótica alcanza su mayor auge en los siglos XIII y XIV, donde sigue predominando la escultura monumental heredada del mundo románico, especialmente en las fachadas principales y en particular en las jambas, arquivoltas y enjutas de las portadas de iglesias y catedrales. 

Disposición escultórica en la Fachada:
    En el tímpano de las portadas aparece en tema central. Heredero del mundo románico es muy frecuente el Pantocátor (Maistas Domini o Cristo en Majestad) y Tetramorfos.También se esculpe a Cristo como Juez enseñando las llagas // Muerte de la Virgen.
Como en el románico, la escena principal suele completarse en las arquivoltas con los veinticuatro Ancianos del Apocalipsis y el Grupo Apostólico. El habitual parteluz de las puertas góticas suele ser ocupado por una "figura amable" que da la bienvenida al feligrés, como Cristo Maestro o La Virgen en Majestad. Se simboliza la entrada al paraíso y por ello es una entrada amable. Como en el románico, estas fachadas pueden incorporar elementos profanos pero ocupando lugares secundarios. 

Otra manifestación escultórica importante es el de los sepulcros esculpidos que pueden ser de dos tipos:
· Adosados: de arcos solio.
· Exentos: la cama funeraria está separada del muro. Se decoran los lados de la cama funeraria, y ésta apoya en figuras animales. Sobre la cama funeraria ser suele representar al fallecido en posición yaciente y orante. Se realizan por encargo de burgueses, reyes y nobles. Se suelen encontrar en las capillas. 

   También se decoran las sillerías de coro (madera de nogal, relieves). También los púlpitos (de planta poligonal) y los retablos.

La Iconografía gótica
    Preferentemente, se representan temas religiosos. Destacan los siguientes:
· Temas de la vida de Cristo. 
    Se prefieren escenas de la Pasión, especialmente Cristo crucificado. Se le representa con la corona de espinas, el paño de pureza (con pliegues), un único clavo en ambos pies que ya están juntos, abundantes heridas (destaca la del costado) Se destaca el peso del cuerpo de Cristo que va desnudo. Nos da imagen de dolor. Se suele disponer en el tímpano y en el parteluz.
. Temas marianos o escenas de la Virgen. Aunque en el románico tardío, la Virgen María comienza a ser muy representada, es en el gótico donde adquiere pleno protagonismo. La Virgen se esculpe sobre todo con el Niño. Se la representa como madre, bella, idealizada. Muestra una gran humanización.

· Hagiografías o escenas de la vida de Santos. Tomadas casi todas del famoso libro "La leyenda Dorada" del dominico Vorágine. Casi todas son de martirios.

· También hay temas vegetales.
· Animales fantásticos. La novedad de la escultura gótica es la aparición de monstruos en las gárgolas.


PANORÁMICA DE LA ESCULTURA GÓTICA EUROPEA
   Algunas célebres muestras de la escultura Gótica en Francia. 
Decoración del Pórtico Real de Chartres.
   Aunque todavía muestra un cierto hieratismo románico, se vislumbra ya una humanización e individualización de los personajes: rey, representación femenina, anciano...Otros elementos destacados de Chartres son los elementos profanos: signos del zodiaco, labores relacionadas a los meses, etc.
Puerta Dorada de la Catedral de Amiens.
La fachada principal de la Catedral de Amiens es de extraordinaria belleza gracias a sus tres grandes portadas de arquivoltas abocinadas. La puerta Dorada es, sin duda, una de las más típicas portadas góticas francesas. En el parteluz aparece la estilizada y naturalista estatua de la Virgen con el Niño. Ambos se miran directamente el uno al otro.
Catedral de Reims
En este templo trabajó el que se ha denominado "Maestro de la Sonrisa" pues esculpió a sus personajes con una marcada tendencia a lo amable, a la bondad. Dentro de la Catedral de Reims cabe resaltar la Anunciación, la Visitación y el nombramiento del rey. Los dos primeros temas son del mismo autor. Estas obras son más naturalistas que la tercera, con un tratamiento de los pliegues importante.

Clase Sluter y el patetismo gótico final.
    Slutter fue un gran artista flamenco que trabajó principalmente en Borgoña a finales del siglo XIV. Trabaja para un gran mecenas: El Duque de Borgoña Felipe "El Atrevido". Claus Sluter es el mejor representante de la angustia del final de una etapa, la del mundo gótico al final de la Baja Edad Media. A Sluter se le ha calificado como el gran patético del cristianismo. Su mejor obra es la Cartuja de Champmol. Para esta cartuja realiza retratos del duque y de su esposa en la puerta. En el cementerio esculpió el "Pozo de Moisés", sobre el que se situó a Cristo crucificado. Este pozo tiene forma cuadrada. A ambos lados, se disponen los profetas, donde el más famoso es Moisés. También es obra suya el Sepulcro exento de Felipe "El Atrevido". El duque está en posición yaciente. Se representa a plañideras en los lados de la cama sepulcral.



Escultura Gótica en otros países

   En Alemania destaca el Pórtico de   los  Príncipes de la Catedral de Bamberg, el jinete de la Catedral de Bamberg y los retratos de nobles del coro de la Catedral de Nuremberg. En Italia, la escultura gótica se caracteriza por su apego al clasicismo que nunca se perdió durante toda la Edad Media. Entre los escultores más importantes están Nicola y Giovanni Pisano, artífice éste de la decoración escultórica del púlpito del Baptisterio de Pisa. Y el genial Andrea Pisano, que trabaja en la decoración de las puertas del baptisterio, en el primer tercio del s. XIV, todos miembros de una misma familia y estirpe de grandes escultores.

LA ESCULTURA GÓTICA EN ESPAÑA
El siglo XIII
   El gótico francés nace en fechas tempranas del siglo XII, pero durante más de un siglo, España vive cómoda y fielmente adscrita al tardorrománico y a la arquitectura cisterciense. Aunque la escultura románica de la segunda mitad del siglo XII y comienzos del XIII muestra un creciente naturalismo, como queda patente en las escenas de la Anunciación de San Vicente de Ávila y Silos, no se pude hablar todavía de escultura gótica propiamente dicha. Sólo el Maestro Mateo, en el Pórtico de la Gloria, muestra apuntes de un mayor goticismo en sus apóstoles levemente sonrientes y "conversadores". Por tanto, la introducción del gótico puro francés a España es un hecho puntual y abrupto, exclusivamente ligado a la llegada de maestros franceses contratados por la monarquía para acometer tres grandes catedrales (Burgos, León y Toledo)Por ello, la mejor escultura gótica en la España del siglo XIII hay que buscarla especialmente en los programas iconográficos de fachadas y portadas de estas tres fábricas catedralicias. 

Decoración de las puertas del transepto de la Catedral de Burgos.
Puerta del Sarmental
  Es una portada típica gótica, aunque no termina de desprenderse completamente del hieratismo románico. En el tímpano se esculpe a Cristo en Majestad (Pantocrátor) rodeado por un Tetramorfos más naturalista. En este caso Cristo no está rodeado de la Mandarla Mística. En el dintel aparece el Apostolado y en las arquivoltas: ángeles y reyes músicos. En el parteluz, aparece el Obispo Don Mauricio. La Puerta de la Coronería de la catedral de Burgos muestra en sus jambas a los Apóstoles muy naturalistas. En el tímpano, se muestra el Juicio Final. En el claustro de la Catedral de Burgos destacan algunas esculturas, como la de Alfonso X "El Sabio" cuando pone el anillo de esponsales a su esposa. En el Monasterio de las Huelgas de Burgos también es muy interesante el Sepulcro de Alfonso VIII y de su esposa inglesa Leonor Plantagenet. Están adosados mutuamente y apoyan sobre animales. Todos sus frentes están decorados con relieves. Tiene cubierta a dos aguas. En los frentes aparecen sus escudos.

Catedral de León.
  El parteluz de la puerta principal de la Catedral de León está la conocidísima Virgen Blanca. Es una típica Virgen gótica plena de belleza, alegría, armonía, humanización y naturalismo. 
Catedral de Toledo.
   En la puerta del Juicio Final, la primera de las tres en ejecutarse (1300), se representa lo que su nombre indica y en la del Infierno hay decoración vegetal. La Puerta del Reloj. al norte, en el crucero, es de principios del siglo XIV. Aquí destaca un excelente tímpano dividido en cuatro fajas pobladas de figurillas. Su ciclo iconográfico comprende la Anunciación, la Natividad, la Adoración de los Reyes, la Degollación de los Inocentes, la Huida a Egipto, la Circuncisión, Jesús entre los doctores, la Presentación, el Bautismo, las Bodas de Caná y en el vértice el Tránsito de la Virgen.El siglo XIVEn el siglo XIV la escultura gótica en España decae y adquiere características propias así como variantes regionales. Predomina un cierto manierismo perceptible en el alargamiento y encurvamiento de las figuras.Corona de CastillaLa Puerta del Perdón o puerta central en la fachada principal de la Catedral de Toledo es una típica puerta gótica con arquivoltas apuntadas y gablete. En el tímpano, la única escena esculpida es la imposición de la casulla a San Ildefonso. En ella, San Ildefonso recibe las prendas de manos de la Virgen. En el parteluz se representa a Cristo.

Corona de Aragón
   En la Corona de Aragón destaca el sepulcro adosado del Arzobispo Juan de Aragón de la Catedral de Tarragona. Sobre él se dispone el difunto en posición yaciente. Se le representa con elementos muy característicos (anillo, báculo, etc.). Detrás, se representa la bendición del fallecido. Los Monasterios de Poblet y de Santes Creus fueron el Panteón Real de la Corona de Aragón. En ellos encontramos los magníficos sepulcros de Pablo IV y una de sus esposas (Poblet) y el de Jaime V, en Santes Creus.
Hay un escultor muy interesante en la Corona de Aragón: Jaime Cascalls. Realiza el magnífico retablo de Cornellá de Conflent y la representación de Carlomagno de la Catedral de Gerona.

PROPUESTA DE ACTIVIDADES SOBRE LA ESCULTURA GÓTICA

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 Panel de la puerta sur  del baptisterio de la catedral de Florencia. 
autor: Andra Pisano (1330-1336)

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 Moisés, de El pozo de Moisés (Cartuja de
Champmol, Dijon) (1391-1401) autor: Claus Sluter.

Con el fin de comprender los cambios que se producen en el campo de la escultura durante la Baja Edad Media, la época del Gótico, os propongo la realización del comentario de una de estas dos obras, fundamentales para establecer el nuevo rumbo que las artes plásticas adoptan desde los planteamientos estético del estilo Románico. Ya se anticipan en ellas algunos de los rasgos que definen la época del Renacimiento. Atentos. 

LA PINTURA GÓTICA

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    La pintura mural, que se dio tanto en las iglesias antes del gótico, desaparece con la llegada de este estilo. La arquitectura gótica introduce grandes ventanales en los muros de sus construcciones, con lo que el espacio que antes estaba destinado a las pinturas ahora está ocupado por una vidriera. De la misma forma, la gran altura de las bóvedas de crucería dificulta que éstas estén pintadas. Por estos motivos en Europa se aprecia un florecimiento de la pintura sobre tabla, principalmente en los retablos adosados a la pared. El estudio de los retablos permite analizar la evolución de la pintura durante todo el gótico. De una estructura formada por una sola tabla se pasa a la formada por tres tablas, las laterales suelen ser móviles para poder cerrar el conjunto. Ya en el siglo XIV se impone el retablo rígido con múltiples tablas.
El retablo está organizado con un cuerpo inferior de menor tamaño que el resto, el el banco o predela. El conjunto se organiza horizontalmente en cuerpos y verticalmente en calles, separadas por las entrecalles. La calle central es la más ancha de todo el conjunto. La técnica utilizada en estos retablos es generalmente el temple, en el que se utiliza el huevo o la cola obtenida de los huesos de los animales como aglutinante de los colores. Desde el siglo XV se comienza a utilizar la pintura al óleo, inventada por los pintores flamencos y que utiliza el aceite como aglutinante.


En la evolución de la pintura gótica se distinguen cuatro fases o estilos :
- Estilo gótico lineal o franco-gótico (s. XIII)
- Estilo italo-gótico o trecentista (s. XIV)
- Estilo internacional (s. XIV)
- Estilo flamenco (s. XV)


Estilo gótico lineal o franco-gótico:


   Comienza en el siglo XIII y continúa hasta casi mediados del XIV conviviendo en su última etapa con el italo-gótico. Se caracteriza principalmente por la importancia que se dan a las líneas del dibujo, que son las que delimitan las masas de color. Estas masas cromáticas son de gran intensidad, siendo ésta más importante que la valoración tonal. En los temas domina el naturalismo ingenuo, escenas sencillas que buscan el fácil entendimiento por parte de aquellas personas que lo observen. Se busca principalmente un arte amable, relacionado con el pensamiento de esta época. Las principales representaciones de esta pintura se realizan en tres tipos de obras, la pintura mural, la pintura sobre tabla y las miniaturas.


Estilo italo-gótico o trecentista:
     Este estilo surge en Italia en el siglo XIII y en el siglo XIV se difunde por toda Europa. Se aprecia un interés por la búsqueda de la profundidad que lleva a grandes estudios sobre la perspectiva clásica, se estudia el cuerpo humano, la importancia de la luz en relación con los colores. Por otra parte el desarrollo de la religiosidad franciscana lleva a una mayor representatividad del sentimiento, se busca la emoción del espectador. A la obra se le va incorporando cada vez un mayor carácter intelectual. En el siglo XIII, en la escuela toscana, se realiza una figura de Cristo muy estilizada, con un cuerpo curvado y pintado sobre una tabla en forma de cruz con los brazos laterales sensiblemente ensanchados. Aparecen también tablas alargadas organizadas como retablos con la figura del santo de mayor tamaño que las demás, las escenas laterales están organizadas en fajas. En Italia destacan también las escuelas romana, sienesa y florentina. Es en estas escuelas donde se sientan las bases del posterior renacimiento pictórico que tendrá lugar en Italia. De todos los autores que trabajn en la Italia de la Baja Edad Media, el más importante es Giotto di Bandone. Sobre su obra realizaremos un análisis en profundidad, siendo necesario concocer, por tanto, las características básicas de su estilo pictórico y las obras más representativas por él realizadas. Consulta la PPT que sobre este pintor acompaña esta entrada.
En España se recibe la influencia italiana, bien por obras realizadas en Italia que se trasladan a España o por artistas italianos que trabajan en nuestro país a finales del siglo XIV. En la Corona de Aragón se aprecia una mayor influencia de la escuela sienesa y en Castilla de la florentina.


Estilo internacional:
    Con el estilo internacional comienza la evolución pictórica del siglo XV, si bien comienza el las últimas décadas del siglo XIV, se manifiesta en toda Europa una vez entrado el siglo XV, alcanzando su mayor esplendor a mediados del siglo, cuando en Italia comienza a aparecer el Renacimiento.
El estilo internacional aparece en el centro de Europa por la fusión de las formas del gótico lineal y el estilo trecentista. Sus principales características son la valoración de lo anecdótico y lo expresivo, la estilización de las figuras, la afición a la línea curva que se ve en los abundantes pliegues y en el movimiento, la tendencia a introducir detalles aparentemente naturalistas pero con un carácter simbólico muy definido. Todo esto contribuye a la aplicación de una técnica minuciosa y detallista. Este estilo, que tiene un fuerte desarrollo en las cortes de Berry y Borgoña, tiene una especial importancia en los miniaturistas, que son el fundamento de los pintores flamencos. En España el estilo internacional tiene un gran desarrollo, especialmente en la Corona de Aragón. Destacan las escuelas valenciana, catalana, aragonesa y castellana.


Estilo flamenco: ESCUELA DE LOS PRIMITIVOS FLAMENCOS.

    Aparece a finales del primer cuarto del siglo XV procediendo de las formas del estilo internacional. La principal característica de esta época es la utilización del aceite como aglutinante de los colores, que supone la aparición del óleo, que aporta una mayor viveza a los colores, aumenta su brillo, permite realizar veladuras y crear colores compuestos. Permite también realizar composiciones con una mayor minuciosidad, de la que hacen gala todos los pintores flamencos, se deduce por esto el interés que se presta a todo, ya sea un rasgo humano o una planta, lo que dota a la pintura de esta escuela de un evidente realismo, aunque todavía impreganda de elementos simbólicos de origen medieval. La pintura flamenca sufre una evolución a lo largo de todo este siglo, distinguiéndose distintas épocas, la de los iniciadores que son los primitivos flamencos; los que trabajan en el segundo tercio del siglo XV concretando el estilo, y los que a finales del siglo insisten en algún aspecto estilístico. Los autores más importantes son Jan Van Eick y Roger Van der Weyden, que serán objeto de un estudio más amplio, por lo que se habrán de conocer sus principales obras y características estilísticas. Consulta la PPT que sobre esta escuela acompaña la entrada.
En España el estilo hispano-flamenco tuvo un gran desarrollo, con gran cantidad de maestros y de obras. Se introduce por la escuela catalana a mediados del siglo XV, pero en pocos años se difunde por el resto de las escuelas como son la valenciana, Baleares, Córdoba y Castilla.
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