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FUENTES PARA UN MEJOR CONOCIMIENTO DEL RETRATO IMPERIAL ROMANO

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Roma: EL retrato imperial
 


     El retrato es otra de las formas del arte oficial. Casi siempre esculpido, refleja como es lógico la evolución estilística general, pero también la imagen que el soberano quería dar de sí mismo. Así se explica la multiplicación de una misma obra y su difusión por todo el mundo romano Se crea un modelo oficial para conmemorar un acontecimiento del reinado: instauración, aniversario, nacimiento, victoria. Un artista de talento realiza un prototipo; se hacen copias para su distribución entre los artesanos de provincias, que a su vez las reproducen, a menudo de forma mecánica y mediocre.
También existen
retratos privados de emperadores, en los cuales los escultores tienen mayor libertad para la representación realista de sus rasgos. Pero, en general, el soberano aparece idealizado: Augusto sereno e impasible, a salvo del desgaste de la edad; Nerón, más romántico; Caracalla, tenso hasta la brutalidad. En la Antigüedad tardía la imagen imperial sigue perdiendo realismo hasta perder contacto con su modelo. Cada vez se plantea menos el problema del parecido físico; en cierta forma no se está representando la persona, sino la función. El retrato oficial romano rara vez es un retrato absolutamente realista.
A la fisonomía del soberano se suman
los elementos de su atuendo y los atributos que ostenta, sobre todo en el caso de las estatuas. En efecto, puede aparecer representado de muy diversa guisa: como sacerdote, como jefe militar revestido de su coraza, Tetrarcas, como ciudadano togado o incluso como héroe mitológico o como dios.
La
influencia del retrato imperial sobre el retrato privado es evidente: las elites provincianas llenan de estatuas suyas los monumentos locales, a imitación de la escultura oficial. Los particulares retoman de buen grado las modas adoptadas por el soberano o su esposa, en especial los peinados. El retrato privado, por regla general, está sometido a menos restricciones; pero el objetivo es siempre ofrecer una determinada imagen de la persona, cualquiera que sea su posición social. En Italia y muy particularmente en la región de Roma, los libertos se hacen representar en sus relieves funerarios de acuerdo con normas artísticas muy precisas, destinadas a poner de relieve su modesto ascenso social.
Se recordará que durante un largo período,
bajo la República, sólo las familias patricias estaban autorizadas a tener retratos de sus antepasados. Celosamente guardados en armarios, se exhibían solemnemente en las ceremonias. Sin embargo, el arte del retrato no es una creación romana. Ya se había desarrollado en Grecia, particularmente en la época helenística y toda una corriente de la escultura no está marcada por el recuerdo de los retratos de los sucesores de Alejandro, más preocupados, no obstante, por destacar sus cualidades morales -reales o supuestas- que por lograr una verdadera semejanza. Otra corriente, a menudo considerada más específicamente romana, acentúa las características físicas, incluso las desagradables, en especial las huellas de la edad. El realismo, atenuado a veces por el idealismo heredado de la escultura helenística, también puede ser sólo aparente, como en la época republicana, cuando se acentúan los rasgos -fisonomía huesuda e incluso descarnada, nariz y orejas muy marcadas, por ejemplo- porque sirven para definir la imagen de sí misma que quiere ofrecer una parte de la clase dirigente romana: de hombres apegados a la tierra, duros en el trabajo, con una rudeza física que es reflejo de su rigor moral. Una vez más se interpreta y, en cierta medida, se deforma la realidad.
La extensión del arte romano al conjunto de la cuenca mediterránea establece un cierto
equilibrio entre ambas corrientes: el realismo apegado a la representación de la persona y una idealización que tiende a revelar, más allá de las apariencias, la vida interior del sujeto, sus cualidades y defectos, e incluso los debates que tienen lugar en su conciencia.

La abundancia de esta producción indica un desarrollo considerable de los talleres de los escultores, desigual según las diversas regiones del imperio. Un hecho que explica la falta de uniformidad, al margen de las grandes corrientes estilísticas cuya influencia se hace sentir más o menos vivamente en todas partes. En un momento dado, por ejemplo, no será igual la ejecución de los retratos de hombres que de los de mujeres o niños; asimismo se dan sensibles diferencias entre los talleres de Roma propia mente dicha o, e términos más generales, de la parte occidental del imperio y los de Asia Menor o le Grecia. Los unos son más sensibles a la estructura de una cabeza e intentan reproducir en mármol las líneas fundamentales de la misma; los otros, por el contrario, se centran más en el tratamiento de las superficies: retratos de un mismo emperador realizados en Atenas y en Roma, semejantes en la re producción de las facciones.

FranÇois Baratte.- El arte romano. Ed. Paidós. Barcelona 1985. Págs. 31-38


Podéis consultar esta página web:
http://www.antropos.galeon.com/html/esculromana.htm

ANÁLISIS Y COMENTARIO DE UNA ESCULTURA ROMANA

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      Estimados alumnos y alumnas, aquí os dejo las obras de referencia de la escultura romana (retrato y relieve histórico), para que realicéis el análisis de aquella que os resulte más interesante.
Un saludo.

LAS ARTES DECORATIVAS ROMANAS: PINTURA Y MOSAICO.

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PARA LOS QUE DESEEN CONOCER LA PINTURA ROMANA

No es mucho lo que conocemos de la pintura romana, pero lo que ha llegado hasta nosotros es una excelente muestra de la calidad y variedad de los temas y formatos abordados por los artistas romanos. Basta dejarse llevar por la curiosidad para encontrar en la web numerosas páginas llenas de ricas y coloristas imágenes, cuando no de sesudos artículos sobre el asunto. No dejéis, en todo caso, de echar un vistazo a la presentación alojada en slideshare. Aquí os dejo un esquema visual para que, de un sólo vistazo, os hagáis con el tema.



LA TRANSICIÓN AL ARTE CRISTIANO MEDIEVAL

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La aparición de la religión cristiana modificará radicalmente el papel que el arte había tenido en los siglos de esplendor de la civilización griega y romana. Las primeras manifestaciones de lo que llamamos arte paleocristiano son, por contexto histórico y carácter formal, creaciones romanas (época del Bajo Imperio) , pero dotadas de un sentido transcendente que las aleja de la representación de la Naturaleza, eje sobre el que había pivotado todo el arte antiguo. La importancia del arte paleocristiano reside pues, como hemos explicado en clase, en sus aportaciones iconográficas y carácter simbólico y didáctico.

En la etiqueta sobre ARTE PALEOCRISTIANO podéis encontrar dos entradas que reflexionan sobre la naturaleza de este arte y sobre la importancia del sarcófago cristiano como vehículo para la narración del dogma religioso.

Respecto al ARTE BIZANTINO, hay que destacar, desde el punto de vista artístico, la importancia del mosaico mural y, sobre todo, de la arquitectura. El análisis de la Basílica de Santa Sofía es fundamental para entender la importancia de esta obra en el futuro devenir de la arquitectura cristiana oriental y la islámica, una vez que los turcos conquisten Constantinopla.

En los siguientes enlaces de SLIDESHARE, podéis revisar las presentaciones sobre una visión de conjunto del arte medieval, el arte paleocristiano y el arte bizantino.


http://www.slideshare.net/tomperez/arte-de-la-edad-media-introduccin-y-visin-de-conjunto/

http://www.slideshare.net/tomperez/arte-paleocristiano-171139

http://www.slideshare.net/tomperez/arte-bizantino-171140/

EL PRIMER ARTE CRISTIANO, EL ARTE PALEOCRISTIANO.

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                                 La Basílica cristiana

EL ARTE PALEOCRISTIANO    
El Arte Paleocristiano puede entenderse como una evolución del del arte romano tardío. Sin embargo, la religión cristiana insufla un nuevo espíritu al arte y lo carga de símbolos. Esto motivará que este arte sea simple, estilizado, renunciando a la perspectiva y a la profundidad espacial, eliminando las proporciones y los rasgos del cuerpo humano para acentuar los aspectos religiosos. El fondo predomina sobre la forma y la expresividad vence a la estética. Al hablar de períodos dentro del arte paleocristiano, los especialistas hacen referencia a dos etapas: la primera alcanza desde el siglo II al 313, fecha del Edicto de Milán en el que se otorga libertad al cristianismo; y la segunda que abarca desde el 313 hasta el siglo VII. El primer momento se caracteriza por la persecución y el recogimiento mientras que durante el segundo el cristiano toma la calle y sus monumentos pueblan todo el espacio.
    Las catacumbas serán la construcción arquitectónica más característica de este primer periodo. Se trataba de cementerios excavados formados por un amplio número de galerías que conducían a amplias cámaras llamadas cubicula. En las paredes de éstas se abrían nichos para los enterramientos, en ocasiones protegidos con arcos de medio punto o arcosolium. Las más famosas están en Roma pero también encontramos catacumbas en Nápoles, Alejandría o Siracusa. La arquitectura paleocristiana tras el Edicto de Milán suele subdividirse en dos grupos: el occidental y el oriental. En occidente nos encontramos con la adaptación de la basílica romana en el tipo de iglesia habitual. Se trata de un edificio de planta rectangular con tres naves separadas por columnas mientras que en el fondo hallamos un ábside semicircular. La nave central gana en altura a las laterales y se encuentra, habitualmente, cubierta con casetones de madera. La fachada suele tener tantas puertas como galerías y puede existir un nártex o atrio a los pies del templo, lugar habitual para los neófitos. Buenos ejemplos de basílicas pueden ser Santa María la Mayor, San Juan de Letrán, San Pablo o San Lorenzo Extramuros, todas en Roma. El otro gran edificio occidental es el baptisterio; su planta es circular o poligonal, inspirándose en modelos romanos. La pila suele estar en el centro y disponen de galerías bajas, separadas del espacio central por columnas. La circulación de los fieles implica esta disposición arquitectónica. Entre los más importantes baptisterios encontramos los de Constantino y Letrán en Roma o el Mausoleo de Santa Constanza en la misma ciudad o el baptisterio de Ravena.
En oriente la arquitectura paleocristiana recibirá la influencia del helenismo y del arte mesopotámico
. Los templos tienen planta de cruz griega -los brazos tienen la misma longitud- o son octogonales o circulares, al igual que los baptisterios. Las cubiertas más utilizadas serán las bóvedas y las cúpulas sobre pechinas. Buen ejemplo es la iglesia del monasterio de San Simeón el Estilita en Kalat Simán. Estas influencias llegarán a occidente a través del exarcado bizantino de Rávena, un foco oriental en pleno corazón de Italia. En Rávena se levantan el Baptisterio de los Ortodoxos, la tumba de Teodorico y el mausoleo de Gala Placidia, cuyo exterior puede contemplarse en este número de la colección. La tumba de Teodorico presenta planta circular con dos pisos, cerrada con una cúpula monolítica de 10 metros de diámetro, conjugando elementos orientales con germánicos. El mausoleo de Gala Placidia tiene planta de cruz griega, siendo la primera construcción occidental que aparece con esta disposición. Su interior se cierra con una cúpula y bóvedas de cañón, decorándose sus paredes con ricos mosaicos.

La escultura paleocristiana destaca más por su significado y su simbolismo que por sus formas. El lugar donde más muestras escultóricas encontramos serán los sarcófagos. En un primer momento se utilizan figuras paganas con un claro simbolismo cristiano como Psiquis como el alma o Eros simbolizando a Cristo. Posteriormente se incorporan temas propios como el Crismón, el Cordero, el Ancora o el Pez, elementos que simbolizan a Cristo. Algunos sarcófagos son decorados con estrígilos, objeto utilizado por los gladiadores y atletas para quitarse el polvo y la grasa incrustada en su piel. Estaba formado por dos contracurvas por lo que se obtiene una elegante decoración geométrica. Las decoraciones de sarcófagos se pueden dividir en varios grupos: escenas sin interrupción que se suceden a lo largo del friso; escenas o personajes encuadrados por columnas; estrígilos a ambos lados y un medallón central.

Las estatuas de bulto redondo son más bien escasas, siendo Jesús
el protagonista de las que han subsistido. La pintura paleocristiana es bastante escasa, quedando restos de frescos que siguen las técnicas pompeyanas. La temática hace referencias continuas al Cristianismo, pudiendo tratarse de "oraciones representadas", siendo su iconografía totalmente simbólica.

Fuente: página web de ARTEHISTORIA.COM

EL SARCÓFAGO PALEOCRISTIANO: UN SOPORTE PARA LA NARRACIÓN DEL DOGMA CRISTIANO

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EL SARCÓFAGO PALEOCRISTIANO.-
La escultura cristiana primitiva cultiva casi exclusivamente el relieve. Salvo algunos labrados en marfil de pequeño tamaño, esos relieves son los de los sarcófagos, cuyo empleo es la natural consecuencia de la inhumación exigida por las nuevas creencias.

La composición de esos relieves es muy variada.

Unas veces, como en los sarcófagos paganos, la historia ocupa toda la altura de su frente, pero también con frecuencia, para contener mayor número de temas, se divide en dos fajas horizontales. Son los llamados de friso y de doble friso.

En unas ocasiones los personajes se suceden sin solución alguna de continuidad, pero en otras se introducen columnas, generalmente con frontones y arcos alternados que forman así una serie de intercolumnios muy adecuados para separar las escenas: son los sarcófagos de columnas. Esto sucede incluso en algunos sarcófagos de dos cuerpos. Hacia mediados del S. IV se da un tipo de sarcófago en el que las columnas son reemplazadas por árboles cuyas copas al unirse forman una especie de nichos u hornacinas.

Existe, por último, un tipo de sarcófago más sencillo, cubierto en casi todo su frente con el tema de los estrigilos, en los que la decoración escultórica se reduce a la parte central y a los extremos. Es frecuente, en la parte central, un gran medallón circular con la media figura del difunto y de su familiar más inmediato, como en los paganos.

Diego I. Angulo.- Hª del Arte. Ed. EISA.
Madrid 1975. (7ª) pág. 270.

EL ARTE PALEOCRISTIANO, UNA PPT.

EL ARTE BIZANTINO: TIEMPO HISTÓRICO, ESPACIO Y CULTURA.


EL FINAL DEL MUNDO ANTIGUO Y EL INICIO DEL ARTE MEDIEVAL

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El final del Imperio Romano (al menos el de occidente) marca el inicio de la Edad Media. Los esquemas plantean, en líneas generales, los grandes cambios ocasionados en el campo del arte por este hecho histórico. La supervivencia del Imperio de Oriente, bajo la denominación de Imperio Bizantino, abre una nueva vía para el desarrollo del arte.

ALGUNOS TEXTOS SOBRE EL ARTE BIZANTINO

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Algunos textos sobre el arte bizantino

LA ARQUITECTURA BIZANTINA: LA CONCEPCIÓN ESPACIAL ROMANA Y LA SIMBOLOGÍA CRISTIANA.

“La luz y los resplandecientes rayos del sol llenan el templo. Se diría que el espacio no está alumbrado desde el exterior por el sol, sino que el foco luminoso se encuentra en el interior, tal es la sobreabundancia con que la luz se derrama en él (...) Dada la ligereza de la construcción, la cúpula no parece apoyarse en una edificación sólida, sino cubrir el espacio de una esfera de oro suspendida en el cielo (...) Los destellos de la luz impiden al espectador detener su mirada en los detalles ; cada uno de ellos atrae la vista y la conduce hacia otro. El movimiento circular de la mirada se reproduce haasta el infinito, pues el espectador no es caqpaz nunca de elegir en todo el conjunto lo que sería de su prefecrencia...El espíritu se eleva hacia Dios y flota en los aires, con la seguridad de que El no está lejos sino que quiere morar junto a quienes El ha elegido”.
De Aedeficis”
En BANGO,I & BORRÁS,G.M “Arte bizantino y arte del Islam. En Conocer el arte. Historia 16. Vol 3. Madrid 1996. Pág 16.


"En este imperio cristiano el arte jugaría un papel fundamental, pues para Justiniano, las empresas arquitectócnicas tenían el mismo rango que la restitución de la ortodoxia religiosa o la seguridad de las fronteras. Como buen autócrata, estaba convencido de que los grandes edificios eran una adecuada manifestación de grandeza ; en consecuencia, el arte iba a desempeñar una notable labor de propaganda y dado su alto coste, casi exclusivamente imperial. A partir de ahora, iglesias, manuscritos, marfiles y otras obras de importancia, serán encargadas por el Emperador o los miembros de su familia al tener a su disposición todos los recursos de los talleres imperiales y sus artesanos. Allí era donde los equipos de pintores ilustrarían los deseados códices purpúreos, que el gobierno enviaba como regalo a los altos dignatarios ; allí era donde se tallaban los delicados marfiles y se tejían las finas sedas."

CORTÉS ARRESE,M : El arte bizantino. En Historia del arte. Historia 16. Vol. 14. Madrid 1989, pág 28.

UN TEXTO SOBRE EL CONFLICTO ICONOCLASTA
 
"Bajo la inspiracón del Espíritu Santo juzgamos que este arte ilegítimo de pintar criaturas vivas es una blasfemia contra la doctrina fundamental de nuestra salvación. ¿Para qué sirve la locura del pintor que con sus manos intenta modelar aquello que apenas podrá ser entendido en el corazón y confesado con la boca ? Hacen una imagen y la llaman Cristo. Pero el nombre de Cristo significa Dios y hombre. Consecuentemente pintaron una naturaleza divina que no puede ser representada. Entonces se refugian en la siguiente disculpa : “Representamos simplemente el cuerpo de Cristo”. Pero en este caso, ¿Cómo esos locos intentan separar el cuerpo de la naturaleza divina ? Caen en el abismo de la impiedad, pues atribuyen al cuerpo una sustancia y, por tanto, introducen una cuarta persona en la Trinidad.
Algunos dirán que aceptan respetar la imagen de Cristo, pero que no podrá nadie prohibirles hacer imágenes de la Madre de Dios. A esto replicaremos que la cristiandad siempre rechazó el paganismo. Si alguien piensa traer de nuevo a la vida a los santos por medio de un muerto descubierto por los paganos, es culpable de blasfemia. ¿Quién pretenderá, con un arte propio de los gentiles, pintar a la madre de Dios ?"


ESPINOSA,F : Antología de textos históricos medievais. En GONZÁLEZ & CARMONA : Historia de las civilizaciones. Metodología y material de trabajo. Ágora, pág 61

LOS MOSAICOS BIZANTINOS: SAN VITAL, RÁVENA.

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Mosaico del emperador Justiniano en el ábside de la iglesia de San Vital, Rávena (Italia)


EL MOSAICO BIZANTINO: GENERALIDADES.
    El mosaico bizantino, tal vez una de sus manifestaciones más conocidas, es heredero del paleocristiano, que a su vez lo es del arte romano. El mosaico ya era conocido en Grecia, si bien no alcanzó el éxito que tendría en el Imperio romano, cuando se extendió su uso como elemento de decoración de interiores. Al principio se usó como revestimiento de techos y muros, pero cuando se comprobó que era un material idóneo como pavimento porque resitía las pisadas y creaba un ambiente suntuoso en los espacios interiores, cobró aún mayor popularidad.
   El arte paleocristiano por su parte heredó la misma técnica musivaria de los romanos, si bien abandonó su utilidad como pavimento y lo utilizó preferentemente como revestimiento mural, mismo uso que se dará en el contexto del arte bizantino. En este caso es además fundamental como elemento de transmisión del simbolismo de la luz como reflejo, como “centella”, de Dios. Pero tampoco es ajeno su simbolismo propagandístico, porque su riqueza es asimismo signo del poder imperial, y resultará por ello un componente más del cesaropapismo bizantino.
   Su solución plástica conserva esa tendencia idealizante del arte de la época, muy vinculada a su contenido religioso y por tanto espiritual, que es precisamente lo que se trata de representar, de ahí que las representaciones del mosaico bizantino se alejen de propuestas realistas y desarrollen un arte de la idealización y el hieratismo formal.
Se emplean teselas de mármol de diferentes colores o teselas de barro cocido policromadas con pasta vítrea, pero siempre buscando el impacto cromático. Las técnicas más habituales son las denominadas opus tesselattum, a base de teselas cúbicas, todas iguales y de distintos tonos y el opus vermiculatum, en que cada tesela adopta el contorno preciso pudiendose realizar así todo tipo de escenas figuradas. Lo más normal no obstante era que se combinaran ambas técnicas, el vermiculatum para los contornos y el tesselattum para el relleno.
Las composiciones suelen ser frontales, con figuras aisladas, aunque se suelen alinear en un plano corrido. En la representación se repiten los esquemas icónicos de rigidez y hieratismo, reiterados monótonamente entre elementos paisajisticos o decorativos intercalados.
En las paredes laterales del ábside de la iglesia de San Vital de Rávena y circundando por tanto el altar se desarrollan dos programas musivarios, uno enfrente de otro: a la derecha (mirando al altar) el retrato de Teodora, mujer de Justiniano I y por tanto emperatriz de Bizancio, y a la izquierda el del Emperador Justiniano.
En ambos casos se trata de recalcar el poder civil y religioso de ambos mandatarios, lo que justifica su localización en el ábside, que completa su decoración en la bóveda que lo cubre con una representación de Cristo sobre la bóveda celeste.

Iglesia de San Vital, Rávena (Italia).  EL MOSAICO DE LA EMPERATRIZ TEODORA
  En el retrato de Teodora se puede apreciar la fuerte personalidad de la emperatriz, que curiosamente era una artista circense y que por lo mismo no tuvo fácil poderse casar con el emperador, lo que consiguió finalmente gracias a la promulgación de una ley que permitía el matrimonio entre clases sociales diferentes. Una vez en el poder, fue ella y no Justiniano, quien asumió las riendas de la autoridad, y de hecho fue ella y no su marido quien aplastó la rervuelta Niká. A ella también se le debe un amplio acopio legislativo que protegía ampliamente los derechos de la mujer, y se dice que era la emperatriz la que dirigía en la batalla a Belisario, el gran general, lugarteniente del emperador. Por tanto fue una mujer de gran influencia política y de enorme peso en la corte de Justiniano.
   En el retrato del mosaico que estamos analizando no es por ello de extrañar que la emperatriz se represente en igualdad de condiciones al emperador: en el mismo lugar, las paredes laterales del ábside de la iglesia, y con la misma idealización, que parece alejarla de la realidad tangible. Contribuyen a ello una serie de convencionalismos característicos del mosaico bizantino: isocefalia; frontalidad; pies en "V"; horror vacuii; movimientos reiterativos en todos los personajes; hieratismo y rostros indefinidos en el séquito; colores planos; perspectiva "Ptoloméica", de líneas divergentes; impenetrabilidad de los rostros; mayor canon de Teodora, como símbolo de autoridad y de importancia personal en la corte; y ausencia de movimiento, como se se hubieran petrificado las figuras.
  En última instancia, el autor pretende desmaterializar las imágenes en un intento de representar lo sagrado. A pesar de ello, no quiere sin embargo olvidar que se trata de figuras humanas y así hay que valorar el esfuerzo realista que se desarrolla en algunos detalles, la exactitud minuciosa del vestuario, y el interés por representar con fidelidad y riqueza plástica el valor del oro, la plata, los cristales vidriados, las joyas, etc. Lo que le da a todo el conjunto una sensación de solemnidad y suntuosidad excepcionales.
   Se podría decir en el caso del retrato de Teodora que que ésta parece más acusadamente bizantina, con más lujo, más variedad cromática e interés por representar toda la moda orientalizante: Mantos coloristas, collares abundantes; joyas en abundancia y un aire patente de lujo y ostentación. El rostro es plano y muy sumario, aunque expresivo (ojos muy abiertos).



SOBRE EL MOSAICO DEL EMPERADOR JUSTINIANO      
   En esta imagen del Emperador observamos una representación que va a ser habitual a partir de entonces. No es una imagen realista, sino una reproducción totalmente idealizada de Justiniano, que ante sus súbditos pasaba por ser una figura semidivina. Por eso todas las figuras están tan rígidas; con la misma postura repetida en todos los personajes como si fueran maniquíes; todos con los pies colocados en una postura muy forzada, en una posición en forma de “V”; todos curiosamente con las cabezas situadas a la misma altura; y todos con los rostros bastante inexpresivos. Tampoco la perspectiva es real, porque si nos fijamos, unas partes las representan vistas de frente y otras desde arriba. Esa misma falta de naturalidad se observa también en la representación de las túnicas de los personajes, todas ellas muy rígidas y con lospliegues igualmente muy poco naturales. Sólo Justiniano destaca un poco por encima de los demás, por su atuendo, de un color diferente, por sus joyas y atributos, como la corona, y porque está en el centro de la representación. Con ello se quiere potenciar la importancia de este emperador, que al estar representado en la parte más importante de una iglesia, quiere dejar claro que a su poder político se añade su mismo poder religioso. Una fórmula que asumieron todos los emperadores de Bizancio, la de combinar el máximo poder político y el máximo poder religioso y que se denomina cesaropapismo.

FUENTE: http://www.artecreha.com/Miradas_CREHA/mosaico-de-teodora.html: 

EL ARTE BIZANTINO: MAPAS VISUALES SOBRE LA ARQUITECTURA.

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Y un video sobre la basílica de Santa Sofía, del canal Historia:

LAS ARTES DECORATIVAS BIZANTINAS: EL MOSAICO Y EL ICONO.

EL ARTE BIZANTINO, UNA PPT.

UN EJEMPLO DE ARQUITECTURA BIZANTINA: LA BASÍLICA DE SANTA SOFÍA.

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Un video para aproximarnos al Imperio Bizantino y sus fundamentos ideológicos y culturales.



Breve pero elocuente video de ARTEHISTORIA sobre la magnífica basílica erigida en Constantinopla, actual Estambul, por el emperador Justiniano.



Este otro, con bello fondo musical, nos ofrece un recorrido visual por algunas de las creaciones arquitectónicas y plásticas más significativas del mundo bizantino.


Y una explicación escrita de esta magnífica construcción bizantina:

ARTE BIZANTINO: LA ARQUITECTURA.

Santa Sofía de Constantinopla (Estambul, Turquía)

Descripción y análisis:
      El edificio se alza sobre el antiguo emplazamiento de la basílica de Santa Sofía construida por Constantino I en 325. Su tipología es de planta central con una gran cúpula, nártex y exonártex.  El resultado es original y único, una basílica rectangular de 77 x 72 metros que combina el eje tradicional con una distribución centralizada. En los ángulos de un gran cuadrado, que forma la nave central, de 100 pies bizantinos o 33 metros se elevan cuatro grandes pilares- estribos de 21,5 metros de altura sobre los que se apoyan 4 grandes arcos que se conectan entre si con cuatro grandes pechinas que completan la superficie circular sobre la que se situará la gran cúpula. Las pechinas proporcionan una transición más elegante entre la superficie cuadrada y la circular que las trompas usadas durante el Imperio Romano y una mayor altura que los apoyos sobre tambor circular usados en el Pantheón romano. Quizá tengan las pechinas origen en la arquitectura romana, pero es en Santa Sofía donde se emplean por vez primera de una forma tan visible. Su uso se generalizará a partir de ahora en el arte Bizantino y, más tarde, en el Románico, Renacimiento, Barroco hasta los tiempos actuales.
   El edificio consta de una galería superior con un palco desde donde la emperatriz podía presenciar las largas y fastuosas ceremonias que generalmente se celebraban. El acceso a esta tribuna se hacía mediante una rampa por la que, si era necesario, podían acceder jinetes a caballo. Se entra en el edificio a través de un nártexcubierto con bóveda de arista cuya longitud es igual al doble del cuadrado central, y a través de un puerta situada en el lado opuesto del ábside oriental que contenía el altar. Las naves laterales y las galerías situadas sobre ellas también están cubiertas con bóvedas de arista. La cornisa de las galerías marca el punto de arranque de las pechinas y de los cuatro arcos que sostienen la gran cúpula.
El interior de la iglesia estaba decorado con mosaicos de gran calidad y riqueza. Los musulmanes iconoclastas los escondieron bajo una gruesa capa de estuco. Aún así todavía se pueden contemplar hoy en día una parte de la decoración. El pavimento original también era de mosaico y mármoles policromados, los balaustres y revestimientos de los muros también eran de mármol así como los capiteles y las columnas, gran parte de ellas reutilizadas de edificios anteriores. Son de destacar también los elementos de decoración realizados con metal. Las ventanas tenían láminas de alabastro. La luz provenía principalmente del anillo de ventanas de la cúpula.

Aspectos constructivos y estilísticos:
       La estructura de esta iglesia será una de las que más influencia va a tener sobre toda la arquitectura del Oriente musulmán y ortodoxo. La cúpula de Santa Sofía es el elemento más llamativo del edificio, tiene la forma de una semiesfera rebajada y está compuesta por cuarenta nerviosque se unen en el centro, su diámetro varía entre 30 y 31 m. y está situada a 54 m de altura. Las cuarenta ventanas forman un tambor cilíndrico que sirve para aligerar su peso y permitir la entrada de luz. El plemento que conecta los nervios entre sí es ligeramente cóncavo y recuerda vagamente la forma de una concha. Además para aligerar el peso al máximo, las tejas son ligeras fabricadas en Rodas. Fueron precisos grandes esfuerzos para apoyar la cúpula a 54 metros de altura. Para absorber el empuje de su inmenso peso, y que no cargara hacia afuera sobre los arcos de la esquina, se levantaron enormes contrafuertes de mampostería sólida, claramente visibles desde el exterior. La cúpula completamente cubierta de mosaicos dorados, armonizaba con los ricos mármoles de colores y el pórfido de columnas y estribos y con las vidrieras originales de las ventanas. Los capiteles extraordinariamente diseñados y tallados, no pertenecen a los órdenes clásicos conocidos, sino que se trabajan con fino relieve, usando la decoraciónvegetal y geométrica. El crucero, de sección cuadrada, se prolonga en los lados este y oeste mediante semicírculos que están cubiertos por semicúpulas, hasta los ábsides, agrupados de tres en tres en torno de los semicírculos y coronados por semicúpulas más pequeñas. Probablemente hubiera sido imposible este tipo de estructura utilizando la técnica romana del mortero. Antemio e Isidoro logran construir las cúpulas utilizando simples hileras de ladrillos unidos por los extremos. De norte a sur las naves laterales contrarrestan la nave central y la cúpula mediante simples bóvedas de cañón apoyadas en gruesos contrafuertes. El muro de mampostería que cierra el espacio interior está aligerado por numerosas ventanas y reforzado por arcos cuyo número y distribución ha sido cuidadosamente estudiado: siete arcos en las galerías, cinco en las naves laterales, cinco ventanas sobre siete en las lunetas, cuarenta ventanas en el tambor de la cúpula, cinco en cada semicúpula. Todo ello crea un contraste de luz entre luminosas ventanas y oscuros arcos, con grandes cúpulas rodeadas de otras más pequeñas, aumenta el espacio interior y da sensación de flotación de la cúpula principal. El resto de las paredes y arcos del edificio son de ladrillo recubierto de mosaicos. En la actualidad están recubiertas de pinturas y caligrafías turcas. En las pechinas se conservan las figuras de cuatro ángeles. La enorme basílica fue concluida en sólo cinco años, pero tuvo problemas con la cúpula que se debilitó por causa de un terremoto y finalmente se hundió el año 558. La actual es resultado de varias reconstrucciones. Los minaretes que hoy flaquean la iglesia, como parte de los edificios anexos que la ocultan parcialmente, son de construcción turca, posteriores a la caída de la ciudad en 1453 y la conversión en mezquita del monumento.

Iconografía de los mosaicos de Santa Sofía:
     El repertorio iconográfico de los murosrealizado entre los siglos IX y XII, es de inspiración cristiana, representaba la Deésis, Jesucristo, entre la Virgen y San Juan Bautista, la Virgen flanqueada por los emperadores Justiniano (que ofrenda la iglesia a la Virgen) y Constantino(que le presenta la ciudad de Constantinopla, también aparecen los posteriores gobernantes Juan Commeno II y la emperatriz Irene, junto con motivos geométricos y florales.
   El inmenso ámbito que creaba la bóvedapor encima de los fieles quería representar un único Dios y una única fe para toda la humanidad. La iglesia custodiaba las reliquias más extraordinarias del cristianismo primitivo, desde el pozo de la Samaritana, o los restos de la Vera Cruz, hasta la losa donde se había depositado el cuerpo de Jesús. Se cree que el exterior de la iglesia tenía un color salmón oscuro parecido al actual.
Santa Sofía representa la síntesis entre Oriente y Occidente. En ella se funden las dos concepciones del mundo y se forma un estilo nuevo, completamente original. La simbiosis entre la cúpula, como símbolo del arte oriental y la planta basilical, cuyo origen está en Occidente. Dice la leyenda que cuando Antemio e Isidoro terminaron la iglesia, Justiniano exclamó: "Salomón te he vencido".

FUENTE: ARTECREHA.

LA IRRADIACIÓN DEL ARTE BIZANTINO: LOS MOSAICOS DE MONREALE (SICILIA)

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Mosaicos del ábside de la catedral de Monreale (Palermo, Sicilia)



    La Catedral de Monreale, que data de la segunda mitad del siglo XII (1172) fue construida durante el reinado de Guilermo II, nieto de Roger II. La catedral está situada a unos 2 km. al sur de la ciudad siciliana de Palermo, pero en lo alto de la montaña, lo que la convierte en una extraordinaria atalaya sobre el valle en el que se asienta esta hermosa ciudad siciliana y el mar que se extiende a sus orillas, la llamada "Conca d'Oro". Esta catedral es, por lo demás, una de las mejores muestras del arte normando en el mundo, destacando por la fusión de diversos estilos artísticos, como el gótico o el bizantino, con el arte árabe que imperaba en Sicilia antes de la conquista de la isla por parte de los normandos. La catedral es famosa y muy visitada por los impresionantes mosaicos dorados que decoran todo su interior, en los que se pueden contemplar escenas del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento.
    Los mosaicos son lo más relevante de esta catedral y, como se puede apreciar en las imágenes que acompañan esta entrada, de clara inspiración bizantina, destacando el soberbio Pantocrator que preside el ábside de la nave principal. Especial relevancia tiene la disposición del programa iconográfico que decora el espacio del templo, pues la jerarquización espacial de los temas está en consonancia con la relevancia teológica de los mismos. La inspiración es consecuencia, por otra parte, del trabajo conjunto de artistas árabes y bizantinos, que fueron los que ejecutaron el encargo. Los mosaicos repiten, además, temas que pueden ser contemplados también en la Capilla Palatina de Palermo, capital del reino normando.


    Dejo para el final de esta entrada la recomendación de la imprescindible visita al clasutro de esta magnífica construcción de estilo normando, en el que una profusión de columnas ricamente decoradas con todo tipo de motivos acogerá al visitante; eso sí, si decidís visitar Palermo y Monreale en Primavera, no dejéis de llevar ropa de abrigo y chubasquero, pues el frío puede helar la mejor de las sonrisas ante tanta belleza.




EL ARTE ISLÁMICO: VIDEO DE ARTECREHA

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Un corto pero excelente vídeo sobre el arte islámico.

EL ARTE ISLÁMICO. Las claves históricas.

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Un par de mapas visuales para establecer las líneas generales del contexto histórico en el que surge y se desarrolla el arte islámico. La explicación de clase se apoya en las mismas.



Y un texto que alude al "problema" de la representación de imágenes en el arte islámico:


EL URBANISMO ISLÁMICO

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 APUNTES SOBRE URBANISMO ISLÁMICO


   Bagdad, reconstrucción aérea de la ciudad 
original fundada por Al-Mansur en 762.






 Plano del área palatina de Medina Azahara, fundada en el año 936 por el califa Abd-al-Rahmán III.


 Esquema ideal de una ciudad musulmana

 Curtidurías en el Zoco de Fez, Marruecos.


 Ya hemos visto en clase que, en general, las ciudades islámicas (madinas) no responden a un plan urbanístico definido sino que sus siguen un trazado irregular y sinuoso que, por razones climáticas, responde bien a las necesidades de crear un entorno fresco y agradable frente a los rigores del calor (originariamente en en próximo oriente, claro). Sus callejuelas y callejones van confluyendo, de manera caótica, en la mezquita del barrio o, en las ciudades grandes, la mezquita mayor o Aljama. La mayoría estarán amuralladas y dotadas de puertas de acceso monumentales, así como de alguna fortificación interior que hace las veces de residencia del poder y de la milicia, la alcazaba. No hay un foro como tal, aunque la plaza del mercado (suq o zoco) hace las veces del ágora griega o del foro romano, salvando las diferencias, como espacio adecuado para los negocios y las relaciones humanas. El auténtico centro neurálgico de la madina es, en cualquier caso, la mezquita; se trata de un espacio que va más allá de las necesidades religiosas para convertirse en un lugar de encuentro, de aprendizaje o, simplemente, de relaciones sociales. Sobre el perfil chato de las ciudades destacarán sus espigados minaretes, desde donde el almuédano llamará a los fieles a la oración cinco veces al día.

Aquí os dejo unos breves apuntes ajenos para complementar estas notas.

Breves apuntes sobre el urbanismo islámico

A diferencia de la creencia general de que las ciudades musulmanas, al igual que las medievales, carecen de toda forma de planificación, lo cierto es que los califas abasíes fundaron una serie de ciudades (Bagdag, Samarra, El Cairo, Kairuán), así como una serie de complejos palaciegos que obedecían a una rigurosa planificación bien en retícula, bien a partir de ejes, o bien circular. El núcleo fundacional de Bagdag tiene forma circular, con una doble muralla de adobe que protegía las edificaciones palaciegas distribuidas concéntricamente, y cuatro puertas abiertas hacia los puntos cardinales. En el centro de la plaza se alzaban el palacio del califa y la mezquita. Esta estructura recuerda vagamente al modelo de ciudad propuesto por Vitruvio. La ciudad palatina de Medina Azahara en las cercanías de Córdoba es también otro ejemplo de planificación de los califas omeyas, esta vez siguiendo un patrón reticular. 

 Desde aproximadamente el siglo X, cualquier ciudad de cierta importancia se dotó de torres y muros fortificados, elaboradas puertas urbanas y una prominente ciudadela (qal'a o alcazaba) como asentamiento del poder. Estas últimas son construcciones realizadas con materiales característicos de la región circundante: piedra en Siria, Palestina y Egipto, o ladrillo, piedra y tapial en la Península Ibérica y el norte de África. Un ejemplo singular de esta arquitectura es el ribat. Desde el punto de vista técnico, consistía en un palacio fortificado destinado a los guerreros islámicos que se consagraban, ya fuera provisional o permanentemente, a la defensa de las fronteras. El ribat de Susa, en Túnez, recuerda los primeros palacios islámicos, pero difiere de ellos en su distribución interior con grandes salas, así como por su mezquita y alminar. 

    La división en barrios de la mayoría de las ciudades islámicas se basa en la afinidad étnica y religiosa, y constituye por otra parte un sistema de organización urbana que facilita la administración cívica. En cada barrio hay siempre una mezquita. En el interior o en sus proximidades hay, además, una casa de baños, una fuente, un horno y una agrupación de tiendas. Su estructura está formada por una red de calles y callejones, y un conjunto de viviendas. Según la región y el período, las casas adoptan diferentes rasgos que responden a las distintas tradiciones históricas y culturales, el clima o los materiales de construcción disponibles. 

    El mercado (suq), que actúa como centro neurálgico de los negocios locales, es de hecho el elemento característico más relevante de las ciudades islámicas. La distancia del mercado a la mezquita determina su organización espacial por gremios especializados. Por ejemplo, las profesiones consideradas limpias y honorables (libreros, perfumeros y sastres) se sitúan en el entorno inmediato de la mezquita, mientras que los oficios asociados al ruido y el mal olor (herreros, curtidores, tintoreros) se sitúan progresivamente más lejos de ella. Esta distribución topográfica responde a imperativos basados estrictamente en criterios técnicos.


FUENTE: Lectura impartida en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Notre Dame en South Bend, Indiana (EEUU), el 26 de Enero de 2011.
Autor: Pablo Álvarez Funes

Conceptos clave del urbanismo islámico

La mezquita aljama (mezquita mayor) se convertiría, desde el primer momento, en la manifestación específica más clara de la comunidad islámica, y, por tanto, en el centro absoluto de la ciudad, único vínculo primario entre sus habitantes, en torno al cual se dispondrían las restantes funciones urbanas.


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Conceptos clave del urbanismo islámico

La mezquita aljama (mezquita mayor) se convertiría, desde el primer momento, en la manifestación específica más clara de la comunidad islámica, y, por tanto, en el centro absoluto de la ciudad, único vínculo primario entre sus habitantes, en torno al cual se dispondrían las restantes funciones urbanas.


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LAS PPT SOBRE EL ARTE ISLÁMICO

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