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LA PINTURA BARROCA. EL LENGUAJE DE LA PINTURA BARROCA. ITALIA.

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La incredulidad de Santo Tomás. 1601-02. Caravagio.
Óleo sobre lienzo , 107 x 146 cm. Sanssouci, Potsdam (Alemania)

LA PINTURA BARROCA: El lenguaje de la pintura barroca.
Una aproximación a las características generales.

   El interés persuasivo de la iglesia católica (nacido del espíritu del Concilio de Trento), los intereses propagandísticos y políticos de la monarquía absoluta y la valoración de la burguesía protestante de lo individual y lo cotidiano, determinan la principal cualidad de la pintura barroca: su vinculación a la realidad. Esta vinculación es también consecuencia de una evolución estilística: cuando en los últimos años del siglo XVI la justificación puramente estética y el consciente antinaturalismo del manierismo, agotan sus cauces expresivos, los artistas barrocos usan la novedad formal plasmando en sus obras aquello que el manierismo rechazaba: la realidad y la naturaleza.

Debido a la variedad nacional y al independiente desarrollo de las escuelas pictóricas, no son muchas las notas comunes que caracterizan a la pintura barroca, no obstante, podemos señalar las siguientes:

- Realismo
. Se buscan los modelos de la naturaleza, sin proceder a su idealización, incluso llegando al naturalismo. La preocupación por la representación del estado psicológico, de los sentimientos o afecti (dolor, alegría), está en la línea de esta representación naturalista de la realidad.
- Predominio del color sobre el dibujo. En los grandes maestros las manchas son las definidoras de las formas (Velázquez o Rembrandt). Se pintan las cosas como se ven en la realidad, con manchas de color y luz, perdiéndose los detalles y con el contorno no precisado.
- Profundidad continua. Se abandona el rigor de la perspectiva lineal para la representación del espacio y de la profundidad. Para obtener la sensación de profundidad los procedimientos utilizados pueden ser líneas convergentes, series de escorzos, un primer plano desmesurado, un primer plano oscuro, juegos de luces, plasmación de efectos atmosféricos, etc.
- Hegemonía de la luz. Se abandona el esfumato de Leonardo, para pasar a planos de luz y sombras donde las formas se dibujan con gran precisión. El barroco es el arte de plasmar pictóricamente la luz y, en correlación, la sombra juega un papel hasta entonces inédito, especialmente en los primeros ensayos del estilo que han venido a denominarse Tenebrismo. En el Barroco la forma se subordina a la luz, y, en algunas ocasiones, las formas pueden desvanecerse por debilidad o intensidad del centelleo luminoso.
- Libertad en la composición: predominan las composiciones asimétricas y atectónicas. La tendencia instintiva a colocar la figura principal en medio y a pintar dos mitades de telas semejantes (simetría) se pierde; de la misma manera que se desecha la malla de horizontales y verticales del arte clásico (composición tectónica). Se prefiere todo aquello que muestre desequilibrio o sugiera que la escena continúa más allá de los límites del marco. Esta composición atectónica se consigue mediante las líneas diagonales que sustituyen a las composiciones piramidales del siglo anterior; a veces se usan formas partidas que indiquen que no todo cabe en la tela.
- Preocupación por plasmar el movimiento. La pintura barroca es la pintura de la vida y ésta no puede representarse bajo formas estáticas. La turbulencia se antepone a la quietud; las figuras son inestables y los escorzos y ondulaciones se multiplican. A veces este movimiento no existe y el exceso de quietud y austeridad se debe relacionar con el deseo de vincular la obra con la trascendencia religiosa.
- Técnicas. La importancia del color y el deseo de mostrarlo en toda su brillantez hace que se abandone el temple y se generaliza el óleo y el uso del lienzo, a veces de grandes proporciones y la pintura sobre tabla casi se abandona. La técnica del fresco se sigue utilizando para la pintura decorativa de las paredes o de las bóvedas.
- Temas. Aquí es donde la multiplicidad de escuelas provoca una absoluta variedad en los temas. En los temas religiosos abundan las representaciones de la Virgen, como Inmaculada Concepción, la Piedad, los pasajes evangélicos más relevantes, la caridad, los sacramentos (en especial la penitencia y la eucaristía), las series sobre la vida de los santos y sus experiencias religiosas, la visión de la muerte (vanitas), etc. destacando la pintura española en este repertorio. El desnudo es proscrito de las representaciones religiosas, persistiendo únicamente en las alegorías y mitologías. La fábula pagana se cultivará en Francia y Flandes. Los holandeses destacarán en el retrato de grupo y el paisaje se convierte en género independiente y, dentro de él, temas especiales como escenas realistas: de interiores y de vida cotidiana, marinas, batallas navales, etc. También se desarrolla el cuadro de arquitectura, el bodegón, los de naturalezas muertas. En conclusión: la variedad temática no excluye una cierta especialización nacional, según se esté en los ambientes católicos de la Europa mediterránea o en los ambientes burgueses y protestantes de la Europa del norte.

A pesar del gran desarrollo que la pintura barroca tendrá en toda Europa, Italia vuelve a ser el escenario donde se producen las primeras innovaciones. Habrá que destacar tres grandes corrientes:

- La tendencia clasicista, representada por Anibale Carraci, donde la tensión entre el realismo naturalista y el clasicismo idealizante, serán una constante. Hay que reseñar la fundación de la Academia de Bolonia (Los Incamminati, los encaminados hacia la auténtica pintura, por oposición al tenebrismo naturalista).

- La pintura decorativista, que se sigue sirviendo del fresco, apta para la decoración de techos y bóvedas. Destacan los grandes rompimientos de gloria, con inéditas perspectivas celestiales que rompen el techo y conectan el cielo con la tierra.

- El Tenebrismo naturalista representado por Caravaggio, el verdadero artífice de la revolución pictórica que representa el Barroco. En este autor y su obra centraremos nuestro trabajo. La obra que nos sirve de cabecera es una buena aproximación a su estilo atrevido y rupturista, donde la luz se convierte, junto a los personajes que subraya o matiza, en el elemento clave de la obra.




LA PINTURA BARROCA: ESCUELAS Y TENDENCIAS

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Los esquemas proponen una visión somera de las distintas tendencias de la pintura Barroca europea. Una visión más profunda requerirá la consulta de las presentaciones sobre Caravagio, Rubens (escuela flamenca) y Rembrandt (escuela holandesa), alojadas en slideshare. De España nos ocuparemos más adelante.

CARAVAGGIO: EL MUNDO ENTRE LAS SOMBRAS.

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Caravaggio. El prendimiento de Cristo, 1602. National Gallery of Ireland, Dublín (Irlanda)


En los siguientes enlaces puedes conocer a fondo la biografía y obra de este extraordinario pintor italiano, que revolucionó el arte de la pintura.



Elige el enlace que mejor se adapte a tus gustos y necesidades.

CARAVAGGIO: LA LUZ ENTRE LAS SOMBRAS

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Una excelente e inquietante presentación plástico-musical de la obra de Caravaggio. La maestría del genio italiano para jugar con la luz a voluntad, rasgando la oscuridad del lienzo, es asombrosa. Aquellos que, en el s. XIX, le acusaron de haber destruido la pintura, hoy están olvidados, mientras que la luminosa y desoladora veracidad de las obras de Caravaggio sigue interpelándonos. Nunca antes el hombre había resultado tan auténtico, ni la piedad religiosa estimulada con argumentos tan directos.

PLANTA DE LA BASÍLICA DE SANTA MARÍA DE ELCHE

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Estimados alumnos:
aquellos de vosotros que necesitéis una copia del dibujo de la planta de nuestra basílica, podéis bajar esta copia que está limpita y sin borrones inoportunos.

Además, aprovecharé para dejar claras algunas consideraciones:
- El trabajo se puede hacer, indistintamente, a mano o en el ordenador (no juguemos al copia y pega).
- El trabajo deberá tener una portada, con el título y los datos del alumno.
- El trabajo deberá contener un índice de contenidos.
- El trabajo deberá incorporar imágenes (dibujos, para los más talentosos si se atreven) fotográficas de los elementos arquitectónicos y plásticos que describamos.
- Si se consulta algún tipo de bibliografía, habrá que hacerlo constar al final del trabajo.
- Se valorará la buena prosa, así como la limpieza y el cuidado en la presentación del trabajo; así mismo se penalizarán las faltas de ortografía y la sintaxis deficiente. Borrones y otro tipo de agresiones visuales están prohibidas.

RECORDAD: el plazo de entrega del trabajo expirará el MARTES 30 DE ABRIL DE 2013.



Saludos.

RUBENS, LA ECLOSIÓN DEL BARROCO

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Mapa visual de la obra y estilo de Rubens







Otro gran video de Artehistoria sobre la figura, trayectoria y obra del gran pintor flamenco del Barroco. Que disfruten de la opulencia de Rubens ahora que la crisis económica nos obliga a replantear nuestras pautas de consumo.

LA PINTURA BARROCA EUROPEA: LA ESCUELA FLAMENCA. RUBENS.

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                   Retrato de Susanna Lunden. Pedro Pablo Rubens.

               Las tres gracias. Pedro Pablo Rubens. Tabla (221x181 cms).




La pintura flamenca y holandesa. Rubens y Rembrandt.
Escuela Flamenca:

En Flandes, la zona de la actual Bélgica, permanece unida a la corona española y a la Iglesia de Roma, lo que explica por una parte su identificación con los ideales de la contrarreforma y la pujanza de la temática religiosa, por otra parte la aristocracia impulsa el desarrollo de los asuntos profanos o mitológicos, que se plasman con un carácter sensual y exuberante en grandes lienzos que cubren las estancias palaciegas.

Los temas costumbristas, las fiestas aldeanas, las bodas, son frecuentemente tratados, y en ellos el optimismo y la alegría son característicos. En los bodegones, en las naturalezas muertas, son características las grandes piezas de caza, la abundancia de alimentos y frutas.




Pedro Pablo Rubens, El Príncipe flamenco (1577-1640):
Es sin duda el pintor más importante de esta escuela; en su pintura confluyen la tradición realista flamenca y las influencias italianas (sobre todo, venecianas. Viaj´ço a Italia, donde conoció de primera mano las obras de los grandes maestos del Renacimiento y acabó de conformar su estilo). Entre las características más importantes de su estilo podemos destacar:

- El dinamismo y la vitalidad que imprime a sus obras.
- Composiciones abiertas y predominio de las líneas diagonales y curvas y zigzagueantes.
- Rico colorido de influencia veneciana.
- Pincelada suelta y rápida, vigorosa.
- Sensualidad y voluptuosidad.
- Representación del desnudo femenino (formas gruesas, pieles nacaradas, cabellos rubios y pechos pequeños) en los temas mitológicos.
- Gran variedad de temas: religioso, mitológico, retratos, paisajes... en todos ellos sobresale el espíritu optimista y jovial con el que nos muestra su visión del mundo. Un mundo en el que el pintor se siente a gusto, instalado confortablemente en u burguesa vida.


Pintor muy prolífico, se le han llegado a atribuir más de tres mil obras, aunque actualmente se le atribuyen una gran parte de ella a su taller, en el que trabajaban multitud de pintores especializados en determinados géneros o aspectos de la obra (paisaje, telas, naturalezas muertas, etc.). En muchas obras la mano del maestro sólo interviene para darle el "toque rubeniano", tan característico de su estilo.


De su primera etapa son las obras religiosas: Bautismo de Cristo, la Transfiguración, y la erección de la Cruz (1610) y el Descendimiento (1611), estas últimas en la catedral de Amberes; además sobresalen la Piedad, la Adoración de los Magos (1609), (la obra que vimos en el Prado), la Flagelación, La Sagrada Familia (1632-34).

Gusta de retrato femenino, utilizando como modelos a Isabel Brandt, su primera esposa y a Elena Fourment su segunda esposa, tras enviudar, en 1626. Son retratos de gran dignidad, muy atentos a la calidad de los ropajes y la joyas que ponen de manifiesto la calidad del personaje retratado. en ocasiones llega a la adulación. Realizó gran cantidad de retratos de los personajes importantes de la época, siendo un gran fisonomista a la vez que presta atención a telas y adornos o joyas, con una menor preocupación por captar la psicología del personaje representado, retrato ecuestre del Duque de Lerma (1603), retrato de María de Medicis (1620).

Trabaja con mayor libertad, en los temas mitológicos o paganos, con una gran colorido, y un tratamiento del desnudo femenino que muestra su gusto por las formas gruesas y las pieles nacaradas, como el Rapto de las Sabinas (1635-37), El Juicio de Paris (1638), Las Tres Gracias (1636-38), todas ellas vistas en el Prado.

Como paisajista, podemos afirmar que es el creador del paisaje flamenco. Gusta de los suelos ondulados, los árboles retorcidos, los caminos serpenteantes, en fin de todo lo que pueda reafirmar el dinamismo y el vitalismo, como en el Regreso al Campo (1632-34).

Además de Pedro Pablo Rubens, es necesario mencionar dentro de esta escuela a:
Antonio Van Dyck (1599-1641):Nacido en Amberes, con 18 años ya fue admitido en el gremio de los pintores y con 21 se convirtió en el principal colaborador de Rubens, tras abandonar el taller del maestro paso por Italia (Roma, Génova, Venecia), estableciéndose en Londres en 1632, hasta su muerte en 1641. En su primera etapa sobresalen los temas religiosos el Beso de Judas, la Coronación de Espinas, la Virgen del Rosario, en los que muestra un gran influencia de su maestro. Sin embargo, es el género de los retratos el más característico de su obra, puede ser considerado el creador de la escuela inglesa del retrato, del rey Carlos I (1638), de Guillermo II de Orange y su Esposa, el autorretrato del pintor y Sir Edmion Porter (1635); en todos ellos dignifica al retratado con un exquisitorefinamiento tanto en las actitudes en los que les representa como con las tonalidades plateadas que acentúan su aspecto distinguido y elegante.Jacobo Jordaens (1593-1678):Es discípulo de Van Noort, maestro de Rubens y posteriormente discípulo y colaborador de Rubens; en sus obras religiosas y mitológicas sigue a su maestro, domina el colorido y las formas, pero la influencia del naturalismo y de la escuela flamenca, le llevan a prestar atención a los temas costumbristas, que plasma con verdadero realismo, prefiriendo los modelos populares, los ambientes rústicos, y los juegos de luces del tenebrismo. Jordaens es, por tanto, el maestro de una escuela pictórica de tendencia popular que se desarrolla paralelamente a la pintura oficial. Ejemplos de esta tendencia y autor son: El Rey bebe (1638-40), El Sátiro en casa de un campesino (1617-1620).


En el siguiente enla de Artehistoria, podéis encontrar más información sobre la vida y obra de Rubens, así como un amplio catálogo de sus obras.

PROPUESTA DE ACTIVIDADES SOBRE LA PINTURA HOLANDESA DEL BARROCO

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La Lechera  (Rijksmuseum, Amsterdam)  
Óleo sobre lienzo •  44,5 cm × 41 cm 
(c. 1658)Johannes Vermeer (de Delft)




    La ronda de noche (1642), 
óleo sobre lienzo, 363 x 437 cm - 
                                Rijksmuseum (Amsterdam) Holanda.m, Amsterdam

Aquí os dejo dos obras que os permitirán fijar las características esenciales de dos autores excepcionales en la escuela holandesa del s. XVII. Se recomienda hacer el comentario de ambas; no obstante, si andas demasiado liado preparando exámenes, me conformaré con una... pero procura que el análisis sea algo personal y genuino, no te limites a "copiar y pegar", que resulta muy aburrido y menos provechoso en tu propio aprendizaje. Y sí, ya sé que la "Ronda nocturna" de Rembrandt sale en todas partes... también en selectividad.

LA PINTURA BARROCA: LA ESCUELA HOLANDESA. REMBRANDT.

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                                     Rembrandt. Autorretrato

                               Vermmer de Delft. La joven de la perla.



La Escuela Holandesa:
En los Países Bajos, la zona de la actual Holanda, independiente de hecho desde principios del S. XVII, reconocida por la Paz de Westfalia de 1640, y defensora de los ideales religiosos reformistas, va a generar una escuela pictórica independiente propiciada por la estructura social democrático-burguesa y por la religiosidad protestante. El desarrollo del protestantismo, provoca la casi total desaparición de los imágenes, reduciendo el tema religioso a la representación escasa de escenas bíblicas. La severidad de las costumbres y la ausencia de obras de temática mitológica son otro rasgo de esta escuela.
La burguesía se va a convertir en el cliente de una pintura en la que el artista, no va a disfrutar del reconocimiento social que disfruta en otras zonas de la Europa Barroca; las obras destinadas a decorar las dependencias burguesas serán de escaso tamaño, a la vez que el número de obras que se realizan en este periodo será muy abundante.
En cuanto a los géneros que se desarrollan, podemos señalar: el retrato, individual y colectivo (doelen), los interiores burgueses o escenas domésticas, las escenas costumbristas, los paisajes, las representaciones de animales, las marinas y los bodegones.

Entre los retratistas sobresale Frans Hals (1580-1666):
Nacido en Malinas, aunque su familia se traslada a Harlem, donde va a desarrollar su obra, es el creador del retrato colectivo o doelen; se trata de pintar figuras que forman un conjunto, que se relacionan, que se comunican unas con otras. Son retratos de corporaciones, donde los directivos de estas entidades deseaban perpetuar su paso por las mismas, como el Banquete de los Oficiales de la Milicia de San Adrián (1627), los Arcabuceros de San Jorge (1639) y los Regentes del Hospicio de Ancianos (1664). Al principio Hals, pinta retratos de personas aisladas, con un colorido vivo y alegre, posteriormente su colorido se reduce a tonos más serios, en los que predominan el blanco y el negro. Su capacidad para reproducir en las figuras la psicología del retratado es característica.

Pero el pintor más importante de Holanda es, sin duda, Rembrandt Van Rijn (1606-1669). Entre las características más sobresalientes de su estilo, podemos señalar:
- Influencia de Caravaggio en el realismo y en la utilización de la luz.
- Empleo del claroscuro que se degrada en doradas penumbras. La luz tiene valor simbólico y psicológico, a la vez que formal.
- Utilización de formas sugeridas por manchas densas y amplias.
- Pincelada suelta y de grandes y espesos empastes.
- Realismo impregnado de idealismo y espiritualidad.
- Preocupación por captar la psicología del retratado, su estado anímico.
- Gran variedad de temas: religioso, mitológico, retratos, retratos colectivos, bodegones, paisajes.

Pintor de gran cultura, se interesó por los temas más variados; he aquí algunas de sus obras más significativas:
Tema mitológico: Danae (1636).
Tema histórico: Aristóteles contemplando el busto de Homero (1653).
Tema religioso: La cena con Emaus (1628-29), Negación de San Pedro (1660), el Descendimiento (1634).
Tema costumbrista: Joven bañándose (1655), Buey desollado (1655).
Retratos individuales: varios autorretratos, Retrato del pintor con Saskia.
Retratos colectivos: Ronda de Noche (1642), Los Síndicos de los Pañeros (1661), La lección de anatomía del Doctor Tulp (1632).
 
Además del óleo sobre lienzo, Rembrandt destacó como grabador utilizando la técnica del aguafuerte.
    Su evolución pictórica sigue paralela a su vida, en un primer momento el éxito le sonríe, tiene grandes ingresos, es aceptado en los más altos círculos sociales, se casa con una joven de la alta burguesía local; en 1642, pintó la Ronda de Noche, el cuadro no agradó y el desacuerdo entre su estilo y el gusto estético de sus contemporáneos fue total, además coincide este momento con la muerte de su esposa Saskia. Su relación con Hendrikje Stoffels, niñera de su hijo Tito, de condición social humilde y con la que pudo contraer matrimonio, por el testamento de Saskia, no es aceptada por la puritana sociedad holandesa, este rechazo social se suma a la ruina en sus negocios, su vejez sombría y en la ruina, se vio agravada con la soledad tras la muerte de su hijo y de Hendrikje. Es en este aislamiento donde el pintor explora los estados del ánimo, utilizando el pincel como una herramienta de instrospección psicológica y espiritual. La galería de autorretratos pintada por él es una insuperable lección de cómo el paso del tiempo y los estragos de la vida, van tallando el rostro y el alma del propio pintor. La visión del mundo que Rembrnadt nos ha legado está llena de ternura y pesimismo, en poderoso contraste con la exhuberancia y el optimismo contagioso de Rubens.

Enlaces para profundizar en la obra de Rembrandt:

Otros autores de esta escuela son:
De la pléyade de pintores holandeses podemos destacar, por la calidad de sus obras, a Veermer de Delft (+ 1675). Su obra es escasa: treinta y cuatro cuadros de escenas de interior (como La Lechera) o retratos (Muchacha con turbante) y dos paisajes urbanos (La callejuela y La vista de Delft). Incluso el número de pinturas atribuidas a Vermeer varía, debido a las circunstancias en las que murió Vermeer y a su posterior olvido.
Vermeer se destacaba en la restitución de la luz, de la textura, de la perspectiva (quizás empleaba la cámara oscura, el antecedente de la fotografía) y de los colores trasparentes. Cuidaba la armonía de los colores. En sus obras se puede sentir el silencio de los personajes en algunos momentos íntimos de sus vidas. Se interesó por todas las capas de la sociedad con igual esmero, desde el retrato de una simple lechera trabajando a las obras en las que muestra el lujo y esplendor de los ricos burgueses de la época en sus espaciosas casas; por tanto su pintura nos revela muchos aspectos de la vida de esta época. En su obra se pueden encontrar connotaciones religiosas y científicas.

En el siguiente enlace de Artehistoria, encontraréis más información sobre este gran pintor y su obra.

REMBRANDT, LA SOLEDAD DEL GENIO. VÍDEO.

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Conciso y hermoso video sobre el gran maestro de la pintura barroca, Rembrandt. Atentos a las explicaciones sobre su formación y trayectoria vital ya rtística, claves para entender su estilo y calidad humana.

REMBRANDT, LA RONDA DE NOCHE

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Un análisis potente sobre la genial obra de Rembrandt. La ruptura de todas las convenciones en el retrato de grupo (doelen) y la sabiduría compositiva del pintor alcanzan, en esta obra, una de sus cimas. Imprescindible.

EL BARROCO ESPAÑOL: UNA INTRODUCCIÓN VISUAL.

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Un completo video sobre el arte barroco en España. Arquitectura, escultura y pintura encuentran acomodo en este interesante video. Ideal para fijar una visión básica de las grandes líneas del barroco en España.

EL BARROCO EN ESPAÑA: SINGULARIDADES DEL CONTEXTO HISTÓRICO ESPAÑOL.

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Retablo del convento de San Esteban. Salamanca.
Retablo realizado por José Benito Churriguera entre 1693 y 1695.


EL CONTEXTO ESPAÑOL

Las circunstancias históricas que enmarcan el desarrollo del Barroco en España son:

1. España, de la mano de la Monarquía Hispánica de los Habsburgo, es el paladín de la Contrarreforma Católica derivada del Concilio de Trento.

2. La crisis económica y la decadencia política de la Monarquía Hispánica en Europa, quiebran el espejismo del Imperio y los afanes de gran potencia. La Paz de Westfalia (1648) y el Tratado de Utrecht (1712), tras la Guerra de Sucesión, marcan el devenir histórico de nuestro país. Esta decadencia política, no obstante, no impide el florecimiento de las artes y la cultura.

3. El poder que la Iglesia Católica alcanza en España y la expansión de la religión en el marco del Imperio Americano, determinarán su extraordinaria difusión geográfica. Los modelos barrocos españoles, a los que se suman las raices e influencias indígenas, se difunden por América.

4. La inacabada centralización política del siglo XVII favorecerá el desarrollo de variedades regionales dentro del país, aunque siempre dentro del marco estético y del espíritu barroco.

5. La temática será, por tanto, decididamente religiosa y fiel a las consignas propagandísticas de la Iglesia católica. Los temas profanos están, salvo alguna excepción, excluidos del patrocinio y mecenazgo de la Iglesia o la aristocracia.

6. El arte será utilizado como argumento de convicción y persuasión del poder católico, ya sea civil o religioso. La monarquía, al igual que el clero católico, se emplean a fondo en este uso persuasivo de las artes plásticas o de la arquitectura.

7. El arte se dirige, sobre todo, a la sensación, a lo emocional antes que a la razón. Es por esta razón que en nuestro país se alcanzan altas cotas de dramatismo y teatralidad.

8. La decadencia material contrasta con el esplendor cultural y artístico. El siglo de hierro en lo económico se opone a la riqueza del llamado “Siglo de Oro” de la cultura española, que abarcó todo el siglo XVII.

LA ARQUITECTURA BARROCA ESPAÑOLA: DE LA PLAZA MAYOR AL PALACIO REAL. TRADICIÓN E INNOVACIÓN.

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Plaza Mayor de Madrid. Juan Gómez de la Mora, 1617.



  Ayuntamiento de Madrid. Juan Gómez de la Mora


ARQUITECTURA BARROCA EN ESPAÑA.

   La época del barroco español queda configurado desde el punto de vista cultural por el denominado " Siglo de Oro" que, iniciado en las últimas décadas del siglo XVI continúa hasta el último tercio del XVII. Se produce en esta época un período de máximo desarrollo en las letras y en las artes, en contraste evidente con la profunda y compleja crisis política, social y económica que vive España. A pesar de la evolución que se produce en los gustos y las modas artísticas durante todo el período que abarca el Barroco, es posible señalar algunas características generales que se enmarcan en tres grandes etapas.

Síntesis de la Evolución estilística:
1ª etapa (h. mediados del siglo XVII): los inicios. La influencia de Herrera (El Escorial) y la transición a los nuevos planteamientos arquitectónicos procedentes de Italia.
2ª etapa (último tercio del s. XVII y 1er. Tercio del s. XVIII): La plenitud. Los hermanos Churriguera, los Figueroa, Narciso Tomé, Pedro Ribera, Galicia. Desarrollo de un lenguaje decorativista; la arquitectura se hace más dinámica.
3ª etapa (resto del s. XVIII): Continuidad y cambio. El Rococó. La Arquitectura Palaciega (desarrollo del arte cortesano) presenta claras influencias francesas e italianas, por el cambio de dinastía reinante en España (Borbónica).



Características Generales:
• Los modelos herrerianos por influjo de El Escorial, perviven en la primera mitad del siglo XVII. La arquitectura palaciega presenta una gran homogeneidad. El tipo llamado de los Austria, con torres en los extremos de la fachada, cubierta con chapitel y techumbre de pizarra, tiene una gran aceptación. Constituían severos edificios por fuera y en el interior abundaban las comodidades.
• Las estructuras de las iglesias son muy simples con cúpulas encamonadas y planta jesuítica ( nave única y capillas en los contrafuertes) con gran austeridad decorativa. Los interiores de las iglesias se cubren con grandes retablos dorados que poco a poco se irán complicando.
• A partir de mediados del siglo s. XVII, la influencia italiana se introduce en España. En los exteriores las fachadas se conciben mucha veces con estructuras parecidas a los retablos. Este estilo más decorativo se prolonga en la primera década del siglo XVIII, superponiéndose a la dirección de serenidad que propugnan los arquitectos cortesanos, que trabajan en torno a la corte de los Borbones.
Preocupación por el urbanismo, con el desarrollo de las plazas mayores (Valladolid, Madrid, Salamanca,..). Suelen ser de forma rectangular, casi cuadrada, porticadas y con balcones.
Desde este planteamiento general, es posible destacar a los siguientes autores y obras:

Primera mitad del XVII• Juan Gómez de Mora: Es la figura más importante del foco madrileño. Proyectó la Plaza Mayor de Madrid con su estructura cerrada, rodeada de pórticos para los tenderos y de balcones para las fiestas. Sigue el estilo herreriano con forma austera, sobria y geométrica. Obra suya es también el Ayuntamiento de Madrid modificado con posterioridad.
Alonso de Carbonell: Realiza el Palacio del Buen Retiro, obra muy simple, de ladrillo, con torres y chapiteles de pizarra, de aire escurialense, decorado el interior lujosamente con pinturas y tapices. Sólo queda de él el salón de Reinos, hoy parte del Museo del Ejército.


El Centro del Siglo s. XVII
                                                                                                                                        Se caracteriza por las formas más ricas que eliminan lo herreriano. Se enriquece la decoración con elementos naturalistas ( guirnaldas de frutas, escultura en relieves y frisos), o abstractos (placas recortadas sobrepuestas, moldura partidas), que consiguen dar una rica movilidad a las fachadas. Merece especial atención Alonso Cano que crea la fachada de la Catedral de Granada con gran efecto de profundidad, al rehundir tres arcos, y de riqueza al decorar con placas y motivos vegetales la grandiosa estructura.



El Paso al Siglo XVIII

     El siglo XVIII trae a España una nueva dinastía: los Borbones. Se produce en este momento la culminación del barroquismo español, con formas absolutamente opuestas a las que se sostenían desde la Corte ( gusto francés).
Castilla: Las figuras más significativas son los Churriguera. Su importancia fue tanta que el término "churrigueresco" vino a sustituir entre nosotros al barroco.
- José Benito Churriguera: Es el más importante de ellos. Realizó numerosos retablos con gigantescas columnas salomónicas, recubiertos de pámpanos y coronados con entablamento partido. Su pieza más representativa es el Retablo de San Esteban de Salamanca. Es una obra que resume el barroco hispano con el gusto por el profuso adorno y los dorados, el ritmo dinámico de las formas curvas y la gran expresión de la escultura.
- Alberto Churriguera: Es el autor de la Plaza Mayor de Salamanca. Se inspira en la madrileña, cerrada, porticada y cuadrada. Es la obra más preciada del barroco salmantino. La madrileña es por esencia un monumento de los austrias, lleno de austeridad. la de Salamanca corresponde a la época borbónica, adornada de elementos churriguerescos
- Joaquín Churriguera: Admiraba el plateresco y trabajó en el Colegio de Calatrava de Salamanca.
- Pedro de Ribera: Es artista de personalidad muy fuerte y de gran imaginación que usa el grueso baquetón quebrado. Trabajó en Madrid y sus obra más representativas son el Puente de Toledo, con sus templetes, y la Fachada del Hospicio de Madrid.- Narciso Tomé: Realiza el Transparente de la Catedral de Toledo. Es una obra donde se aprecia esa fusión de arquitectura, escultura y pintura, que tanto entusiasma al barroco., con un efecto escenográfico en el que la luz juega un papel muy importante. Su riqueza de materiales, mármoles y bronce, lo singularizan aún más en nuestra historia.


La arquitectura Palaciega:
A partir del siglo XVIII, con la nueva dinastía llegan a España arquitectos franceses e italianos que centran su trabajo en los palacios siguiendo el gusto francés. Palacio Real de Madrid (Juvara), Aranjuez (Sabatini) y La Granja.


Y una PPT:


LA IMAGINERÍA DEL BARROCO ESPAÑOL: PROPUESTA DE TRABAJO

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Magdalena penitente [Pedro de Mena
1664, madera policromada, 171 x 52 x 61 cm, 
firmada en tres caras de la base: «PETRVS D MENA (frente) FECIT ANNO ...
Museo Nacional de Escultura (Valladolid)

Estimados alumnos, aquí os dejo esta talla de Pedro de Mena para que hagáis valer vuestro dominio de la escultura española del Barroco. Se recomienda seguir las pautas para el análisis y comentario de obras escultóricas. Y cuidado con el corta y pega... que es de poco provecho.

OBRA COMENTADA: LA MAGDALENA PENITENTE DE PEDRO DE MENA

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La escultura barroca española se desarrolla en dos corrientes principales que dan nombre a la Escuela castellana y la andaluza. Si aquélla tiene en Gregorio Fernández su principal representante y se define formalmente por un expresionismo dramático de fuerte patetismo, la andaluza sigue una estética diferente. Hay en ella un poso clasicista, procedente de una tradición manierista que había tenido artistas de renombre en el último tercio del S. XVI, y que es la que marca una impronta clásica en la imaginería del XVII. Esta sería su principal diferencia con la Escuela castellana, al caracterizarse por un mayor equilibrio compositivo y sobre todo por una mayor moderación en el tratamiento de la expresión dramática. Por lo demás coincide la temática religiosa, consecuencia del mecenazgo de la Iglesia católica, y su tratamiento realista y expresivo con el fin de convertir las imágenes en reclamos que muevan a la piedad y al sentimiento de los fieles. Asimismo se trabaja en madera preferentemente y se utilizan para reforzar el naturalismo de las imágenes las técnicas consabidas del encarnado, para el trabajo en las anatomías, el estofado en las vestiduras y los postizos.
La nómina de artistas de renombre en la Escuela andaluza también es más nutrida que en la castellana, con numerosos artistas de gran importancia. Entre ellos habría que destacar en primer lugar a Juan Martínez Montañés, que ya se ha tratado en esta misma sección de Miradas, pero también los de Alonso Cano, Juan de Mesa y Pedro de Mena, que es el que hoy tratamos
Pedro de Mena (Granada 1628- Málaga 1668)es discípulo del granadino Alonso Cano, uno de los escultores más importantes del primer barroco español e hijo de Alonso Mena también escultor, que al morir cuando Pedro apenas cuenta 18 años le legará su taller. Sin duda la influencia de Alonso Cano resultaría determinante porque al quedar bajo su tutela trabajando juntos, Pedro de Mena adquirirá toda la maestría de su mentor. Hombre muy religioso, Pedro de Mena, realiza figuras exentas preferentemente y no pasos procesionales como era más habitual en su época, caracterizándose sobre todo por una hondura en la plasmación de los sentimientos y un realismo sobrio y de gran sencillez, que contribuyó a que esa captación del sentimiento y la emoción profunda llegara más directamente al espectador.
Por ello también es uno de los representantes más genuinos de las características plásticas de la Escuela andaluza, definida como sabemos por su mayor sosiego y equilibrio, y una concepción más clásica de la escultura. Aunque no por ello dejó de utilizar los recursos realistas típicamente barrocos tan característicos de este periodo, como en su caso la utilización del vidrio en la factura de ojos y lágrimas o el trabajo de su policromía, igualmente sobrio en los tonos y adecuado a la sencillez que suele dominar todo su trabajo.
De sus obras principales habría que destacar un San Francisco para la Catedral de Málaga, piezas exentas como San Diego de Alcalá o su famoso San Pedro de Alcántara, y muy especialmente la Magdalena Penitente que hoy nos ocupa.
Se trata de un encargo de los Jesuitas de Madrid, y aunque la concluyó en su taller de Málaga, es posible como parece, que en sus inicios se viera influida por la Magdalena realizada para las Descalzas Reales de Madrid por Gregorio Fernández en 1615. En cualquier caso la iconografía elegida por Pedro de Mena resulta como es habitual en él mucho más sobria y desde luego de una sencillez que está en la raíz de la fuerza de la emoción y el sentimiento que es capaz de transmitir.
Además el tema de la de la Magdalena se trata aquí de forma un tanto novedosa, subrayando su fervor y su sentimiento de pena y angustia. Rostro, cabellos y manos, dramatizan por sí solos toda la escena, en medio de la austeridad del ropaje y de la simplicidad en la composición.
Como es habitual, la expresión se concentra en el rostro: labios entreabiertos, cejas arqueadas,pelo sebáceo pegado a los ropajes, y la mano conteniendo el corazón que parece salírsele del pecho. Expresión que se sublima en la mirada hacia el crucifijo, caragada de fervor y de un amor sobrehumano que parece aislarla del entorno, o lo que es lo mismo, del mundo terrenal.
Para que también el espectador se centre casi exclusivamente en este aspecto de su expresión encendida, es decisivo el resto del trabajo sobre la túnica y la anatomía, especialmente simple envuelto el cuerpo en la saya de arpillera que lo cubre. También los colores insisten en esa sencillez, con una policromía de tonos suaves predominantemente ocres.
La obra destinada originalmente a la Casa Profesa de los Jesuitas de Madrid, pasó posteriormente a las Salesas Reales, ubicándose desde 1921 en el Museo del Prado. No obstante en 1933 se traslada al Museo Provincial de Bellas Artes de Valladolid, convertido posteriormente en Museo Nacional de Escultura, para volver al Prado en 1988 donde se encuentra en la actualidad.

Fuente:

Escrito por Ignacio Martínez Buenaga (CREHA)



LA ESCULTURA BARROCA ESPAÑOLA; LAS IMÁGENES DE LA FE.

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Paso procesional portando laúltima cena de Francisco Salzillo (s. XVIII)

LA ESCULTURA BARROCA ESPAÑOLA: LAS IMÁGENES DE LA FE.


Consideraciones generales:· Mientras en Italia y Francia se desarrolla la gran escultura barroca de origen berniniano, en mármol y bronce, con amplio uso temático de la mitología y la alegoría, en España se cultiva la escultura en madera policromada, de carácter exclusivamente religioso, que se pone, por entero, al servicio de la sensibilidad piadosa contrarreformista. Las imágenes de Cristo, la Virgen y los Santos, especialmente españoles, dominan la temática escultórica.· Los artistas, además, lograrán la expresión de los sentimientos en las figuras: dolor, angustia, muerte, extasíes.

· Los escultores procurarán aproximar la realidad del hecho religioso representado para mover la sensibilidad del creyente, que asiste así, en cierto modo, al hecho (“al paso”) de la pasión de Cristo, o siente a los santos como personas vivas y reales, próximas a su realidad cotidiana. Este abrumador peso de lo religioso multiplica la demanda de retablos e imágenes de culto. La piedad popular de las cofradías da lugar al “Paso Procesional” (del latín passus, sufrimiento). Las procesiones de Semana Santa se convierten en esta época en la mayor expresión del fervor religioso popular. Los retablos se decoran con imágenes de bulto redondo, para que puedan ser sacadas en procesión.

· El pesimismo y la actitud de una sociedad en declive restringe el desarrollo de la escultura funeraria.
· El deseo de realidad multiplica los efectos, primero en la pintura de las imágenes, que van renunciando poco a poco a la técnica del estofado renacentista, con abundante uso del oro, en aras de un mayor realismo con los colores enteros en las vestiduras, llegando incluso al empleo de telas verdaderas en las llamadas “Imágenes de vestir”, que sólo tienen de talla la cabeza, las manos y los pies. Este afán llega al extremo de incorporar postizos como cabellos, uñas y dientes de asta, ojos y lágrimas de cristal, piel de animal para simular heridas abiertas, etc. Es la culminación de esta teatralidad barroca hiperrealista.
· En sus comienzos la escultura española permanece al margen de la evolución hacia el dinamismo y la teatralidad de lo italiano, vinculándose directamente con el pasado renacentista y manierista, sin otra novedad que el avance del naturalismo.


A mediados del siglo XVII, en la Corte y en Andalucía se comienza a tener noticia del barroquismo berninesco, que será plenamente incorporado a finales de siglo.
Podemos señalar dos grandes focos escultóricos en España:
· Castilla, con Valladolid como centro principal, destacando el escultor Gregorio Fernández; y otro núcleo en la Corte madrileña.
· Andalucía, con Sevilla como centro, destacando Juan Martínez Montañés; y otro núcleo en Granada, donde destacan Alonso Cano y Pedro de Mena.Ambas escuelas son realistas, pero mientras la castellana es hiriente, con el dolor o la emoción a flor de piel; la andaluza es sosegada, buscando siempre la belleza correcta sin huir del contenido espiritual. Castilla es el realismo violento, de gestos dramáticos; Andalucía es el realismo clásico, con una serenidad que conduce a la exaltación mística. Otra característica diferencial es la policromía. Con Gregorio Fernández se abandona el pan de oro en Castilla; sin embargo, en Andalucía se mantendrá durante mucho tiempo.

· En el siglo XVIII, a estos núcleos se agregan algunos más en Levante, destaca en Elche la fachada de la Basílica de Santa María , obra de Nicolás de Bussi; en Murcia, destaca Francisco Salzillo, autor con el que se cierra el ciclo de la escultura barroca y se abre el gusto por lo clásico.



Y la PPT:

LA ESCULTURA BARROCA ESPAÑOLA: LA ESCUELA CASTELLANA.

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LA MUERTE DE CRISTO CRISTO YACENTE, GREGORIO FERNÁNDEZ. MADERA POLICROMADA.

Fue el principal representante de la Escuela Vallisoletana. Esculpe sus obras con un realismo violento, dotando a los cuerpos de una notable perfección anatómica, matizando la dureza de los huesos, la tensión de los músculos, la blandura de la carne o la suavidad de la piel. También fue un magnífico policromador. En sus obras la abundancia de la sangre y el exagerado patetismo de las composiciones apelan directamente a las em ociones del espectador.
Gregorio Fernández o Hernández (1576-1636), nacido en Galicia, en el primer tercio del siglo XVII trabaja en Valladolid donde consiguió un gran prestigio. En su obra Cristo Yacente (1614) de el Pardo, tipo iconográfico creado por él y que repitió en otras ocasiones. El modelado del cuerpo de Cristo es perfecto, el realismo patético, con abundancia de sangre. Otras representaciones de Cristo, es el Cristo a la columna , donde la expresión del dolor alcanza niveles muy altos. Los crucificados con tres clavos y el Cristo ya muerto. El tema de la Piedad (1616), paso procesional. Otros pasos procesionales: La Cruz a cuestas , donde destacan las figuras de la Verónica y se Simón Cirineo, el Descendimiento, en las que los gestos y actitudes que acentúan el patetismo pretender despertar el fervor popular; las Inmaculadas, a las que logra transmitirles un ingenuo candor casi infantil; las representaciones de Santos: Santa Teresa de Jesús, San Bruno, San Ignacio de Loyola, San Isidro. En todas sus figuras son característicos los plegados angulosos, casi metálicos de los paños de sus figuras.
También realizó varios retablos como el de la Catedral de Plasencia (1625), el de las Carmelitas calzados de Valladolid, con el magnifico relieve de Bautismo de Cristo (1630).
Tuvo una gran cantidad de discípulos, que perpetúan los tipos, creaciones y estilo del maestro.

LA ESCULTURA BARROCA ESPAÑOLA: LA ESCUELA ANDALUZA.

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Santo Cristo de la Luz, realizado hacia 1633 por Gregorio Fernández.

Está considerado como una de sus obras maestras destacando por su depurada anatomía y acentuado patetismo. Es esta talla se recrea en el dolor y patetismo del rostro, reflejando dolor y sufrimiento con profusión de sangre. Los pliegues son rígidos, al estilo gótico. Obsérvense los tres clavos que fijan a Cristo al madero.

CRISTO DE LA CLEMENCIA J.M. MONTAÑÉS.

Se representa a Cristo aún vivo, y se huye de la exageración típica de la escuela castellana. La imagen resulta realista, pero un tanto idealizada. El cuerpo de Cristo desprende una gran serenidad. El escultor ha reducido la presencia de sangre en la piel. El modelado anatómico es más suave y equilibrado. Todo resulta en esta obra más exquisito y “agradable”. su contemplación en la catedral de Sevilla resulta sobrecogedora por el naturalismo y devoción con el que fue esculpido. Os hago notar las notables diferencias con los Cristos de Gregorio Fernández; el detalle de los clavos es esclarecedor a la hora de adjudicar a uno u otro autor la obra (cuatro clavos tiene este Cristo de la clemencia de Montañés.)



En la escuela andaluza destacaron, Juan Martínez Montañés (1568-1649), Alonso Cano (1601-1667) y Pedro de Mena y Medrano (1628-1688). El comercio de América había convertido a Andalucía en la zona más rica de esa época, siendo Sevilla y Granada los polos de atracción del arte del XVII. En contraposición a la escuela castellana, Martínez Montañés, es la serenidad, el clasicismo, el sosiego y la búsqueda de la belleza. De talla muy modelada, sus grandes paños dan grandiosidad a la imagen. Su devoción va más dirigida al alma que a los sentidos, distando mucho su equilibrada policromía, del desgarrado color castellano. Todo esto se aprecia en El Cristo de la Clemencia (1603) en el que crea el tipo de Cristo andaluz, muy humanizado, casi sin notas sangrientas, el Retablo de Santo Domingo (1605) y San Jerónimo. Su Inmaculada (1628-31) de la Catedral de Sevilla, (La Cieguecita), representa a joven ingenua, serena y melancólica, plena de dulzura y belleza. Entre sus discípulos, está Juan de Mesa (1583-1627), de dedica principalmente a la ejecución de figuras sueltas para cofradías y particulares, entre las que sobresalen el Jesús del Gran Poder (1620) y el Cristo de la Expiración de Vergara (1622).
Alonso Cano gana en hondura expresiva y en dinamismo a su maestro Martínez Montañés. La búsqueda de la perfección, del equilibrio y la idealización de los modelos, la plasmación de una aplacible serenidad en sus figuras sustituye el dramatismo de otros autores. Es el primer escultor andaluz que abandona la técnica del estofado. En el retablo de Santa María de Lebrija (1628-38), en su hierática imagen central se advierten algunas de sus características: inclinar la cabeza a la derecha, el manto caído dejando al descubierto uno de sus hombros, el apuntamiento de la figura hacia los pies, la superficie ondulada de los paños. En la Inmaculada del Facistol (1655) ; su aspecto fusiforme, de pequeño tamaño, cabeza inclinada, grandes ojos, cabellos largos y actitud recogida, tuvo posteriormente imitadores.
Otras obras dignas de mención son: el San Diego de Alcalá, en la Catedral de Granada la Virgen de Belén y los bustos de San Pablo, Adán y Eva.
Pedro de Mena, mucho más directo y realista, comunicaba fácilmente los estados de ánimo. Gusta de la representación de los temas ascéticos y dolientes, la Magdalena Penitente (1664) del Museo de Valladolid, y el San Francisco de la Catedral del Toledo, de gran tensión dramática. Otra de sus creaciones son los bustos de la Dolorosa y el Ecce Homo, con frecuencia formando pareja, que consigue una gran fuerza expresiva del patetismo y dolor. Realizó también la sillería del coro de la Catedral de Málaga (1658), con cuarenta representaciones de santos.
José de Mora (1642-1724), discípulo de Alonso Cano, que llegó a ser escultor del rey Carlos II, mucho más exaltado llegando a veces a lo teatral, nos dejó además de Dolorosas y Ecce Homos, imágenes de San José, San Antonio y la Inmaculada. Continuador de Mora es José Risueño ( 1665-1732).

LA PINTURA BARROCA ESPAÑOLA: MAPAS CONCEPTUALES

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